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"El mejor futuro para Fene está dentro del sector público"

La situación económica de Astano (Astilleros y Talleres del Noroeste) era tan comprometida en 1972 que el Instituto Nacional de Industria (INI) nacionalizó la empresa convirtiéndose en el accionista único. La primera reconversión llegó en 1984 y los trabajadores la recuerdan como "brutal". Varias huelgas generales en toda Galicia impidieron el cierre de la factoría naval a base movilizaciones para forzar la negociación con el Gobierno central.

Manuel B. Martínez lleva más de tres décadas en Astano. Cuenta que empezó en una auxiliar de Bazán y sus habilidades como soldador lo llevaron hasta la factoría de Fene un 26 de abril de 1975. Diez años después la empresa le remitió una carta de despido que se negó a firmar y durante semanas e incluso meses viajó en autobús con sus compañeros cortando las vías del ferrocarril y recorriendo a pie cientos de kilómetros de manifestaciones, coreando consignas contra el entonces Ministro de Industria, Carlos Solchaga.

Las protestas tuvieron su recompensa y el astillero siguió en pie, pero reconversión del 1985 dejó a la empresa herida de muerte relegándola al sector offshore para la construcción de plataformas marítimas. Los grandes astilleros de Francia y Alemania veían con recelo la incorporación de Astano al libre mercado europeo y sus gobiernos impusieron a España un peaje para sellar su entrada en la Europa comunitaria. La factoría de Fene fue la pieza sacrificada.

Durante los últimos 23 años, Astano ha pagado el precio de aquella decisión política con un veto prorrogado por el Gobierno de Aznar en 1996 que impide a la factoría construir buques civiles en el mercado libre y que expira, según los sindicatos, el 31 de diciembre de este año.

Encrucijada

En 2000 se creó Izar para fusionar los astilleros, pero las cuentas de Fene y de otras factorías del Estado aumentaron el déficit del grupo naval público que se disolvió cuatro años después para refundarse como Navantia, confinada a la construcción militar con una cuota civil del 20% para las cinco factorías del grupo: Ferrol, Fene, Puerto Real, San Fernando-Cádiz y Cartagena.

Una concatenación de decisiones más políticas que técnicas, han llevado a Astano hasta una encrucijada que enfrenta a los empresarios, partidarios de privatizar parte de las instalaciones de la planta naval Perlío, contra los sindicatos que defienden que "el mejor futuro para Fene está dentro del sector público".

Xulio Abelleira, Secretario de la Unión Comarcal de CCOO y prejubilado de Astano, opina que la guerra de propuestas de los últimos días "ha sido una tomadura de pelo para los trabajadores y la ciudadanía de Ferrol", mientras UGT rechaza una privatización "sin garantías", y la CIG se muestra más que escéptica sobre las opciones de futuro que se barajan para Fene.

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