_
_
_
_
Reportaje:FITUR | TENDENCIAS

El turista dadaísta

Joël Henry, padre del turismo experimental, entiende el viaje como un juego

Patricia Gosálvez

Busque la primera y la última calle del callejero, trace una línea y sígala. Visite las estaciones finales del metro. Pierda a su amante en una ciudad y encuéntrelo. Deje que el azar sea su mejor guía.

Más información
BREVE GUÍA PARA VIAJEROS OSADOS

Joël Henry ha visitado Luxemburgo dos veces, aunque la primera no vio nada. Llevaba un parche de farmacia en cada ojo, gafas de sol, un bastón y a su mujer del brazo. Taparse los ojos formaba parte de un juego, un experimento para acercarse a la ciudad de otra manera. Luxemburgo era, en su recuerdo, un cúmulo de olores, sabores y ruidos dibujado con las explicaciones de su señora. Cuando visitó la ciudad por segunda vez, con los ojos abiertos, fue extraño: "Tenía un recuerdo muy preciso de cómo era, y aunque estaba equivocado en detalles como los colores de las cosas, había captado la atmósfera. Mi idea estaba mal, pero de una forma acertada".

Joël Henry no es un turista cualquiera. Es un turista experimental. A mediados de los noventa, durante una comida entre amigos, este periodista, que escribe para el canal de televisión Arte desde Estrasburgo, decidió aplicar su pasión por los juegos a sus vacaciones. Fundó entonces el Laboratorio de Turismo Experimental (www.latourex.com), una entelequia que compila ideas para viajar sin las ataduras convencionales del turismo, pero con las reglas estrictas del juego. Entre sus propuestas hay cosas como conocer las ciudades visitando sólo las últimas paradas de las líneas de metro, dejar que una partida de dados decida el destino o coger un tren que salga a las 12.12 y bajarse en la duodécima parada. Sus ideas han sido reunidas en un libro editado (en inglés) por Lonely Planet.

"El turismo experimental recupera la idea de aventura, pero no es una crítica al turismo convencional, no queremos dar lecciones", dice el autor, que reconoce que sigue haciendo viajes "normales", pero cada vez menos, porque los experimentales son simplemente "más divertidos".

Aunque algunos experimentos parezcan puras bromas (viajar con un disfraz de caballo o hacer autoestop con un cartel que diga Tombuctú), practicar el turismo experimental va más allá de echarse unas risas. "Obtienes una sensación de libertad muy especial. Como en los juegos, hay reglas y un tiempo determinado para llevar a cabo una misión", dice el autor. "Estos límites te dan conciencia de tu propia libertad, los artistas siempre han experimentado con las restricciones y el azar para llegar a formas de creación menos racionales, más puras. La idea del juego siempre ha sido central en los movimientos de vanguardia como una manera de descubrir el mundo", dice Henry, que cita entre sus influencias el dadaísmo, el situacionismo y la exploración de la teoría del juego del filósofo Roger Caillois. "El juego es extraño", sentencia Henry, "forma parte de la realidad, pero a la vez está fuera de ella".

Para reforzar su convencimiento, el autor explica que ha estado dos veces en Barcelona, aunque una sin salir de Estrasburgo. Encerrado en su piso, pasó un fin de semana en la Ciudad Condal gracias a recetas de tapas, cuatro guías de viaje, la edición digital de La Vanguardia y una novela de Vila Matas. "Me encantó", dice tan pancho, "aunque fue un fin de semana muy frío para una ciudad mediterránea".

Joël Henry, autor del libro <i>The Lonely Planet Guide to Experimental Travel,</i> vive y trabaja en Estrasburgo.
Joël Henry, autor del libro The Lonely Planet Guide to Experimental Travel, vive y trabaja en Estrasburgo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_