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FITUR | TENDENCIAS

BREVE GUÍA PARA VIAJEROS OSADOS

A-Z.

"Es de los más fáciles y de los que casi siempre practico", dice Joël Henry, el autor de la Guía Lonely Planet para el viaje experimental. Hay que buscar la primera y la última calle en un callejero y trazar una línea entre ambas. La ruta ofrece un recorrido muchas veces sorprendente.

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El turista dadaísta

AEROPUERTO.

El turismo de aeropuerto consiste en pasar 24 o 48 horas en un aeropuerto sin tomar ningún vuelo. Hay que visitar los diferentes restaurantes y tiendas, probar el confort de las salas de espera y observar las prisas de los viajeros que sí están allí con un cometido. Es decir, ver la vida pasar. "Es de los más difíciles", dice el autor. "La noche es larga e incómoda; a las tres de la mañana, incluso en los grandes aeropuertos, no hay nada que hacer".

ALTERNANCIA.

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Salga de casa, gire a la derecha, luego a la izquierda, luego a la derecha... Siga hasta que algo se lo impida (un bloque de edificios, un descampado, un precipicio). "Hay que estar muy concentrado, es fácil perderse o girar dos veces en la misma dirección",

dice el autor, ya que si el viajero se equivoca tres veces seguidas, habrá dado la vuelta a la manzana.

CONTRATURISMO.

¿Qué hay frente a las pirámides de Keops? ¿Y al otro lado de la plaza de Notre Dame? "Sólo hace falta una cámara de fotos, está tirado", dice Joël Henry. Consiste en enfocar dando la espalda a los monumentos. ¿Quién quiere otra foto bajo la Torre Eiffel? Mucho mejor sacar a los turistas sacando fotos con tienda de souvenir al fondo.

EROTURISMO.

"Para este experimento hace falta esperanza", dice Joël Henry. Y una pareja. Dos enamorados viajan por separado a una misma ciudad y, sin ponerse de acuerdo, tratan de encontrarse. El autor asegura haberlo hecho seis veces con su esposa, siempre con éxito. El premio a esta aventura: revivir el flechazo.

K2.

Nada que ver con la escalada.

Se toman las coordenadas K-2 del mapa de la ciudad y se explora minuciosamente cada rincón del cuadrado. "Hace falta curiosidad", dice Henry, "te enfrentas a un espacio reducido y generalmente anodino; hay que querer descubrir".

MONOPOLY.

El mapa es el tablero de Monopoly. Se recorre la ciudad siguiendo las instrucciones telefónicas de los amigos que están jugando en casa. Se conocerán sitios fuera de las rutas habituales como las centrales eléctricas o, en fin, la cárcel. "Hay que estar preparado para volver más de una vez a la misma localización", dice el autor. Cosas de los dados.

PERSECUCIÓN.

"Hace falta mucha indiscreción", dice Henry, que incluyó este viaje en sus experimentos como una broma. Consiste en perseguir a unos amigos en sus vacaciones sin que ellos lo sepan, con un teleobjetivo. A su vuelta se les hace un pase casero de sus fotos en plan paparazzi. Puede que les haga gracia sentirse por una vez como Posh y Becks, o puede que le retiren la palabra.

ODISEA BUROCRÁTICA.

¿Qué mejor para conocer otro lugar que sufrirlo como un auténtico ciudadano? Se visitan oficinas de desempleo, centros de la seguridad social, salas

de espera de comisarías y juzgados. El menú consiste en café y sándwiches de máquina. "Hace falta mucha templanza", dice Henry.

RUTA DE 'BARMANS'.

Se puede practicar en la propia ciudad. Se acude al bar favorito y se pide el combinado predilecto. Se pregunta al barman cuál es su bar y su combinado. Se va y se repite la operación hasta que el cuerpo aguante. "Yo no lo he intentado", confiesa el autor. "Hay que tener estómago".

HILO DE ARIADNA.

Se busca

un habitante del lugar visitado. Un amigo de un amigo de un amigo, o alguien sacado del listín telefónico, y se le piden sus 10 lugares favoritos. No han de tener interés turístico, sino personal: el parque donde jugaba, la iglesia donde se casó, su gimnasio... "Casi todos lo hacemos cuando viajamos y pedimos consejo a alguien que ya ha estado", dice el autor. Este experimento sólo lleva el concepto hasta sus últimas consecuencias.

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