Más allá de la poesía
Hablar de la poesía portuguesa de la segunda mitad del siglo XX significa hablar de Eugénio de Andrade (1923-2005). Pocas veces encontrará el lector, lejos del tópico, una voz tan auténtica, tan equilibrada en su propia unidad simbólica y, a la vez, tan diferente, con una capacidad semejante para abarcar registros y sugerencias. Perteneciente a la generación de Sophia de Mello o Jorge de Sena, la de Eugénio de Andrade es una poesía elemental en el mejor sentido de la palabra, unida y vinculada a la naturaleza y a la historia, a la tierra y al cuerpo que se desliza sobre ella. Su obra, ininterrumpida desde los años cuarenta (fue providencial la aparición de Las manos y los frutos, de 1948) y bien conocida ya en nuestro país, transmite el difícil equilibrio entre claridad y misterio, entre simpleza y transparencia.
A LA SOMBRA DE LA MEMORIA
Eugénio de Andrade
Traducción de Martín López-Vega
Pre-Textos. Barcelona, 2006
148 páginas. 15 euros
Las prosas recogidas en A la
sombra de la memoria son, sin más, una prolongación de su obra poética. Aquí se funden el ensayo con las memorias, dejando espacio a la crónica o a un buen puñado de maravillosos poemas en prosa. El volumen comprende una primera parte, 'La ciudad de Garrett', dedicada a la ciudad de Oporto, la pequeña patria sentimental de su escritura, que sirve de escenario para la contemplación del paso del tiempo y la indagación del misterio de la memoria. La segunda, que da título al libro, incluye una serie de textos sobre ciudades y pintores, que perfilan una especie de carta de navegación por la que desfilan algunos de sus más fieles compañeros de viaje, como Carlos de Oliveira, Jorge de Sena o el recientemente fallecido Mário Cesariny.
Se trata, en definitiva, de un libro consagrado al tema más importante que respira en la poesía de Eugénio de Andrade: el amor. Amor por el territorio que habita su propio cuerpo y su voz, amor por los amigos y por los placeres estéticos encontrados en su recorrido vital. La exactitud de su prosa, que leemos olvidando que es una traducción gracias al trabajo de Martín López-Vega, nos conduce a un mundo pleno de evocaciones a través de un lenguaje tan sensorial como sobrio, que muestra siempre una visión original del mundo con la sencillez de quien sólo quiere vivir en la felicidad eterna del verano. Un libro imprescindible para los amantes de Portugal y de la buena literatura.
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