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Un tribunal dicta la primera pena de muerte en Nueva York en 50 años

Yolanda Monge

Por primera vez en medio siglo, un tribunal federal de Nueva York ha sentenciado a muerte a un hombre de 24 años que asesinó a dos detectives en el año 2003. Tras dos días de deliberaciones, el jurado concluyó que Ronell Wilson debía pagar sus crímenes recibiendo una inyección letal. La última vez que se aplicó la pena de muerte en un caso federal en Nueva York fue en 1954, por un asalto a un banco que acabó con la vida de un agente del FBI. Y desde 1963, el Estado de Nueva York no quita la vida a nadie.

En las últimas décadas, tres hombres han sido ejecutados en casos federales en EE UU, entre ellos Timothy McVeigh, por atentar contra el edificio del FBI en Oklahoma. En la actualidad, 46 personas esperan su ejecución en los corredores de la muerte de prisiones federales de Estados Unidos.

Nueva York no había conseguido condenar a nadie a muerte, ni siquiera en un caso tan prominente como el de los acusados por el atentado de las embajadas estadounidenses en el este de África en 1998. Desde que se levantó en ese mismo año una moratoria que dejaba la pena de muerte en Nueva York en suspenso, los fiscales federales han buscado convertir casos estatales en juicios federales para así poder dictar la máxima pena. Esto se hizo más apremiante después de que en 2004 un tribunal de Nueva York dejara casi sin efecto la pena de muerte en ese Estado.

Ayer, tras leerse el veredicto, Wilson se frotó las manos, miró a su madre y acto seguido sacó la lengua a las familias de las víctimas. Las viudas y otros seres queridos de los dos detectives asesinados aplaudieron la sentencia y llorando exclamaron: "Se regocija el Señor".

El pasado 20 de diciembre, Wilson había sido hallado culpable del asesinato de los policías Rodney Andrews y James Nemorin, a quienes disparó en la cabeza en marzo de 2003 durante una operación en la que actuaban encubiertos contra la compraventa ilegal de armas. Además, el jurado le condenó también por robo, secuestro y posesión ilegal de armas de fuego, entre otros cargos.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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