Ibarretxe reconoce al juez varias reuniones con Batasuna para "buscar la paz"

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, admitió ayer en sede judicial que ha mantenido varias reuniones con la ilegalizada Batasuna. Tal reconocimiento lo hizo ante el magistrado que instruye la causa abierta contra él por desobediencia, en grado de cooperador necesario, por su reunión, en abril de 2006, con tres dirigentes independentistas. Ibarretxe, que acudió al Palacio de Justicia bilbaíno arropado por su Gobierno y centenares de simpatizantes, declaró al juez que el objetivo de sus reuniones con "todas las sensibilidades políticas" es "buscar la paz" y la normalización política. "Sin diálogo no hay paz posible", resumió después de su comparecencia como imputado ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

En una comparecencia tras su declaración, Ibarretxe pidió el archivo "cuanto antes" de la causa, porque "sólo en un país de locos se puede encausar penalmente a su presidente por hablar con todas las diferentes sensibilidades y partidos para arreglar las cosas", informa Eduardo Azumendi.

La mañana amaneció lluviosa en Bilbao. Cientos de simpatizantes nacionalistas acudieron para arropar al primer presidente vasco que comparece como imputado en una causa penal. El magistrado del Tribunal Superior vasco que tomó declaración al lehendakari durante menos de hora y media, Roberto Saiz, investiga si Ibarretxe es autor como cooperador necesario de un delito de desobediencia por reunirse con tres dirigentes de Batasuna el 19 de abril de 2006.

Ibarretxe, acompañado por su esposa, Begoña Arregi, se acercó pasadas las 9.15 a las inmediaciones de la sede del alto tribunal vasco, donde le esperaban todos sus consejeros. Momentos después, entre aplausos de los congregados y gritos de "aurrera" ("adelante"), saludó, entre otros, a toda la dirección del PNV, encabezada por su presidente, Josu Jon Imaz, y al ex presidente de la Cámara vasca Juan María Atutxa, juzgado en su día y absuelto por el Tribunal Superior por no disolver el grupo parlamentario heredero de Batasuna.

Saludó también a dirigentes de EA, Ezker Batua y Aralar, formaciones que criticaron su encausamiento por su actividad política. "Es un día lamentable que esperamos que pase a la historia con el archivo inmediato de una causa injustificable", dijo el portavoz del PNV, Íñigo Urkullu. El secretario general de EA, Unai Ziarreta, calificó el caso de "despropósito jurídico", mientras el dirigente de EB Mikel Arana pidió derogar la Ley de Partidos, que "da argumentos al PP y a los sectores de la justicia que pretenden evitar el diálogo político como vía para la paz".

'No a los juicios políticos'

Ibarretxe, seguido por su Gobierno, se dirigió a la entrada noble del palacio, donde le esperaban el presidente de la Sala de lo Contencioso Administrativo, Juan Luis Ibarra, y el decano de los jueces de Bilbao, Alfonso González Guija. Arreciaron los aplausos de los congregados, muchos de los cuales llevaban una pegatina con el lema en euskera No a los juicios políticos. Una mujer entrada en años que llevaba más de media hora esperando musitó en euskera: "Dios te va a ayudar". Eran casi las 9.30.

Hubo dos momentos de tensión antes y después de la declaración. Uno, con el miembro del Foro Ermua Antonio Aguirre, expulsado del PSE por querellarse contra Patxi López por su reunión con Batasuna. Aguirre se dirigió puño en alto a la multitud, mientras el portavoz de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, se quitaba un jersey para mostrar una camiseta de su grupo con la bandera española. Se puso con los brazos en cruz mientras preguntaba a los presentes: "¿Es que no se puede pedir justicia?". Subieron las escaleras dejando atrás los gritos de "fuera". Junto a ellos accedió al edificio el abogado del Foro Ermua, Fernando García-Capelo. En la declaración, Ibarretxe se negó a responder a sus preguntas por ser representante de un movimiento que "incorpora dosis de odio y crispación a la sociedad vasca".

Sí respondió al instructor, a la fiscal jefe del alto tribunal, María Ángeles Montes, y a la letrada de Batasuna. El juez se ciñó a los hechos para ir confirmando los datos sobre las reuniones con Batasuna. Inquirió también si en esa ronda de partidos incluyó a EHAK, lo que Ibarretxe no hizo. La fiscal le pidió que explicara qué entendía por todas las "sensibilidades políticas", aunque en su declaración usó también los términos "Batasuna" o "izquierda abertzale". Ibarretxe admitió conocer la ilegalización de Batasuna. El Foro Ermua ampliará la querella tras admitir el lehendakari que ha mantenido más citas con Batasuna.

Tras la declaración ya no llovía. Aguirre volvió a dirigirse a los congregados, a los que llamó "nazis". Tuvo que abandonar el lugar entre insultos y a punto estuvo de llevarse un paraguazo. Salió el lehendakari, minutos antes de las 11, y agradeció la solidaridad de los presentes, que le despidieron cantando el Eusko Gudariak (el Himno del soldado vasco).

Dos horas después, ya en Vitoria, dijo: "Las reuniones o las decisiones políticas del lehendakari pueden ser criticables, pero donde debo explicarlas es en el Parlamento vasco, no en un tribunal". "Se podrá criticar, pero nunca será un delito hablar para intentar arreglar las cosas", algo que seguirá haciendo, reiteró.