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Entrevista:Ricardo Varela | Conselleiro de Traballo y secretario de Organización del PSdeG

"El pacto por el empleo es un acuerdo histórico"

Ricardo Varela (Lugo, 1955) considera el pacto por el empleo "un acuerdo histórico", a pesar de la decisión de la CIG de abandonar las negociaciones en su recta final. Respecto al partido, espera que el fracaso de la reforma del Estatuto pase factura al PP, al que señala como responsable del desencuentro de Monte Pío.

Pregunta. Al fin hay acuerdo en las mesas para el empleo. ¿Qué va a suponer?

Respuesta. Es un acuerdo importantísimo. Es un poco manido decirlo, pero seguramente se podría utilizar el término histórico, porque es seguramente el más intenso y extenso de los que se han alcanzado en España. Para resumir, podemos decir que va a definir las políticas laborales de Galicia para los próximos 10 o 15 años, y cumple el compromiso del presidente de que las políticas laborales de Galicia estén consensuadas con los destinatarios: empresarios y trabajadores. Tienen más fuerza cuanto más participadas están. Son unos acuerdos importantísimos que se negociaron durante 9 meses, desde que las mesas se pusieron en marcha, a razón de un acuerdo por mes. Será una herramienta básica para trasladar confianza en que en Galicia hay un consenso para buscar más empleo y más competitividad para nuestras empresas.

"En el Estatuto buscamos un punto de equilibrio que nos valiera a todos, pero Núñez Feijóo no quiso"
"La CIG sabe que tiene la puerta permanentemente abierta para incorporarse al diálogo social"
"Hay dos diputaciones, las de Lugo y Pontevedra, donde está abierta la posibilidad de alternancia"
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"La estabilidad en el empleo evoluciona bien, pero las cifras de temporalidad son excesivas"

P. ¿En qué medida la ausencia de la CIG empaña los resultados del pacto?

R. La ausencia de la CIG es una decisión que respeto, aunque no la considero acertada. Y no le quita fuerza ni operatividad a los acuerdos, porque el mayor valor de los acuerdos es su contenido y su dimensión, y están consensuados por los empresarios y una amplia mayoría sindical, con CC OO y UGT, por lo que van a tener una enorme fuerza de futuro.

P. ¿Pretende sumar a la CIG a los acuerdos?

R. La CIG sabe que tiene permanentemente la puerta abierta para incorporarse al diálogo social, y así se lo trasladé a su secretario xeral. Algunos de estos acuerdos, de hecho, fueron firmados por la CIG en el período en que estuvo en las mesas.

P. Los datos del paro en 2006 son muy positivos. ¿Qué sector tira del empleo?

R. Son datos muy positivos desde el análisis en términos absolutos y en comparación con el Estado. Hay que tener en cuenta que Galicia es la comunidad con mejor comportamiento del empleo en 2006; eso no había pasado nunca. ¿Sectores? La construcción, que es un sector clásico, pero novedosamente en este ejercicio hay un importante crecimiento de la actividad industrial, que significa que Galicia crece en actividad industrial en el conjunto del Estado. Hay también un crecimiento del sector servicios, del comercio... Lo que se ha producido es un crecimiento homogéneo.

P. Pero todavía con demasiada precariedad.

R. Sí. Para nosotros la estabilidad es sinónimo de competitividad. Ya está rota una idea instalada años atrás, de que unas relaciones laborales inestables le daban competitividad a las empresas. Los hechos demuestran que ya no es así: las comunidades con mayor estabilidad son las más competitivas, porque estabilidad va ligada a experiencia, a fidelización con la empresa, a seguridad, y eso hace a las empresas más competitivas. Ese problema este año evolucionó bien, pero hay que continuar ahí, porque efectivamente las cifras de temporalidad son excesivas.

P. El Servicio Galego de Colocación cuenta con 51 oficinas de empleo y más de 200 en centros asociados. ¿Le parece una proporción adecuada?

R. Dentro de los acuerdos de diálogo social hay una premisa: que la intermediación en torno al empleo debe ser mayoritariamente pública. La vocación es que cada día coja más peso la Administración, como agente activo de las políticas de empleo, con el papel clave de las oficinas de empleo. Queremos coger un trabajador en paro, detectar su capacidad de empleo y aumentarlo a través de la formación para que sea de interés para las empresas. Vamos a fortalecer el servicio público de empleo, dando cada día más fuerza a nuestros mecanismos y seleccionando los centros colaboradores con mejores resultados. El objetivo es que el peso fundamental recaiga en la Administración.

P. ¿Le preocupan los planes de Pescanova fuera de Galicia y el relevo en Citroën?

R. El relevo en Citroën trae a Galicia a un magnífico dirigente. Es una empresa sólida, con enorme capacidad competitiva, con la factoría más competitiva del grupo y con carga de trabajo asegurada. Por fortuna, Citroën es la joya empresarial de Galicia y tiene un futuro brillante. No hay datos objetivos que justifiquen inquietud. Citroën no depende de una persona, sino de un equipo muy amplio. Respecto a Pescanova, la situación es clara: Galicia va a defender la acuicultura, pero con unas limitaciones, que son el interés general. Sí, pero no a cualquier precio: ésa es la conclusión. Por tanto, las empresas tienen que estar ayudadas por la Administración, pero respetando la decisión mayoritaria de los ciudadanos, representados por esa Administración.

P. ¿El naufragio del Estatuto ha frustrado nuevas competencias para la consellería?

R. Traballo tiene prácticamente todas las competencias en materia de empleo; el ministerio se reserva las que tienen relación con la Seguridad Social y parte de las de inspección y control. En la reforma del Estatuto planteamos el incremento de los niveles de participación en la inspección. La introducción en el Estatuto le hubiese dado formalidad, pero la consellería y el ministerio siguen trabajando para lograr una relación más modernizada.

P. Y el PSOE, ¿qué perdió en el fracaso de las negociaciones de Monte Pío?

R. En el fracaso, no sé. En las negociaciones, mucho esfuerzo, un inmenso esfuerzo para llegar a un punto de equilibrio entre todos. El objetivo era combinar un articulado potente, de desarrollo de Galicia, con dos posiciones claras: que el Estatuto respetara íntegramente la estructura jurídico-política del Estado y la Constitución y que, al tiempo, reconociera en su preámbulo nuestro carácter nacional. Es un punto de equilibrio que debería permitir a todos firmar la reforma. Núñez Feijóo no quiso. Parece que estaba bastante lastrado por la dirección de su partido, y no estuvo a la altura de las circunstancias. Eso impidió la reforma, y los ciudadanos repartirán responsabilidades. Nosotros pensamos que están en el PP.

P. ¿Serán las municipales un examen al bipartito?

R. Todas las elecciones son un examen a partidos y gobiernos. Será un examen en cada municipio, pero gobernar en la Xunta tendrá algún reflejo, y yo espero que sea positivo.

P. ¿Dónde se la juega el PSOE: Vigo, las diputaciones...?

R. No es el PSOE quien se la juega. Gobernamos en tres de las grandes ciudades y todo indica que nuestros alcaldes están consolidados. Otros partidos se juegan mucho más, porque son los que tienen en el alero su representación municipal, y yo espero que eso se confirme y el partido socialista avance. Hay plazas muy importantes: Vigo, Ferrol, Ourense... Daremos la batalla para ganar en todas. Y hay dos diputaciones, Lugo y Pontevedra, donde está abierta la posibilidad de alternancia. No será sencillo, pero va siendo hora de que cambien algunas políticas clientelares y trasnochadas del PP, como en los casos clarísimos de Pontevedra y Ourense.

P. El urbanismo parece el telón de fondo de estas elecciones.

R. Sí. Ha cobrado una presencia muy importante, y me parece bien, porque se puede producir un revulsivo sobre la necesidad de ordenar adecuadamente nuestro territorio.

P. ¿También en Foz? Se le ha criticado por defender al alcalde socialista de Foz.

R. Hay que separar crecimiento de crecimiento desordenado. No nos oponemos a que crezcan los municipios, sobre todo si tienen demanda, como Foz, que en verano triplica su población. Lo que decimos es que debe ser ordenadamente. En Foz, el 90% de esas licencias de la polémica están en el casco; es una consolidación del casco, no la urbanización de la playa. Hubo una irregularidad de procedimiento por un asunto de fechas, pero no es el modelo urbanístico ni su crecimiento ordenado lo que se cuestiona. Son los de otros ayuntamientos los que se cuestionan.

P. ¿2.000 licencias en cinco días es un crecimiento ordenado?

R. Son 2.000 licencias acumuladas durante muchos meses que se aprueban en un momento determinado.El año ha comenzado para el conselleiro de Traballo, Ricardo Varela (Lugo, 1955), con dos buenas noticias:

el pacto por el empleo, cerrado con sindicatos y empresarios tras nueve meses de negociaciones, y la positiva evolución del mercado laboral en 2006. El también secretario de Organización de los socialistas gallegos espera prolongar la racha para su partido en las municipales de may

o, la primera cita electoral desde que PSOE y BNG gobiernan Galicia.

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