El nuevo informe de la ONU prueba que el cambio climático está en marcha
Científicos y delegados de los Gobiernos pulen la síntesis que presentarán a los políticos
El nuevo informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, organismo científico de Naciones Unidas), el primero desde 2001, establece sólidamente la realidad del cambio climático en marcha, la responsabilidad de la actividad humana en dicho cambio y las consecuencias del calentamiento en el planeta. Así se desprende del documento elaborado por científicos de todo el mundo cuyo resumen para los responsables políticos comenzó ayer a discutirse en París. El informe "reduce incertidumbres", dijo Rajendra K. Pachauri, presidente del IPCC.
Un borrador de 14 páginas es el material de partida, la síntesis de un extenso documento científico que integra el conocimiento más actual y sólido sobre la física del cambio climático y sus interacciones con la biosfera y la química. "No se cuestiona ya el cambio climático, si existe o no, hay una aceptación general del problema, aunque no se coincida siempre en las medidas que hay que tomar al respecto", afirmó ayer Alex Alusa, representante del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente en la apertura de la sesión de trabajo, de cuatro días de duración.
A este informe del grupo de trabajo I del IPCC (el que se dedica a la física del clima) seguirán en los próximos meses los de los grupos II y III, orientados a los impactos y los efectos socioeconómicos, respectivamente. Toda la información se aglutinará en la síntesis final del Cuarto Informe de Evaluación (AR4), que se realizará el próximo noviembre en Valencia. Pero los resultados del grupo científico son la base que sustenta el conocimiento del problema, por lo que sus conclusiones han creado una enorme expectación. Medio centenar de científicos (los responsables de la redacción final del borrador) y delegados de los Gobiernos deben aprobar en esta reunión el documento de resumen.
"Necesitamos un mejor conocimiento científico del problema y los peligros para poder diseñar mejores políticas", señaló ayer en la apertura de la sesión Christian Brodhag, delegado interministerial para el Desarrollo Sostenible del Gobierno de Francia. Él destacó la preocupación social en su país por el calentamiento y calificó el informe del IPCC de "riguroso, transparente, abierto, y soporte fiable para las actuaciones políticas". Brodhag resaltó la necesidad de tomar medidas para frenar el cambio climático y recordó que la UE se ha planteado reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 20% o un 30% en 2020.
Prudencia
Pese a que el documento de trabajo recoge muchos datos sobre temperaturas, nivel del mar, precipitaciones, tendencias y observaciones del calentamiento, los expertos eran ayer muy prudentes a la hora de comentar los contenidos puesto que, reiteraban, no es aún el documento definitivo y la versión definitiva puede dar más énfasis o menos a los diferentes apartados. Bill Hare, de Greenpeace Internacional, señaló que algunas conclusiones pueden ser más contundentes, por ejemplo en lo que se refiere al aumento de las temperaturas o las tormentas tropicales, dada la base científica que existe.
Se espera que EE UU, por ejemplo, sea partidario de una mayor contundencia en el punto que se refiere a los huracanes. Las intervenciones ayer del delegado de ese país fueron en el sentido de destacar la mayor confianza en los datos y el conocimiento que se tiene del fenómeno del cambio climático, con un enfoque constructivo y positivo, según otros delegados.
Concepción Martínez, de la Oficina Española de Cambio Climático (Ministerio de Medio Ambiente) destacó al término de la sesión el ambiente de colaboración entre los delegados: "Se nota que hay una mayor concienciación respecto al cambio climático, en comparación con el debate del informe anterior del IPCC; se nota que los delegados están convencidos del problema".
El borrador sobre el que se trabaja esta semana -anticipado por EL PAÍS en diciembre- ha sido elaborado por medio centenar de expertos entre autores principales -incluido el premio Nobel Mario Molina- y autores que han contribuido, ninguno español. Pero como dijo ayer Susan Salomon, copresidenta del Grupo de Trabajo I, centenares de científicos de todo el mundo han realizado la labor esencial de evaluación de los resultados de las investigaciones científicas de los últimos cinco años.
Un resumen que marca la agenda
"El IPCC es neutral y sus informes de evaluación no son prescripciones políticas", recordó ayer en París la organización. "Lo que hace el IPCC es aportar la información científica y después es responsabilidad de los Gobiernos decidir qué acciones y o decisiones deben tomarse". Pero los informes del IPCC, por su calidad y prestigio, son los cimientos en que se apoyan las estrategias nacionales e internacionales de actuación frente al cambio climático y sus efectos.
Fundado en 1988 por un puñado de científicos liderados por el sueco Bert Bolin, el IPCC emitió su primer informe de evaluación en 1990, cuya contribución esencial fue constatar que la Tierra se estaba calentando por el efecto invernadero asociado al aumento rapidísimo de las emisiones de los gases que lo generan. Dos años después de esta advertencia, los gobiernos de Naciones Unidas aprobaron la Convención Marco de Cambio Climático por la que se comprometían a evitar que el calentamiento perjudicara las condiciones de vida de la Tierra.
En 1996, el IPCC dijo en su segundo informe que la responsabilidad de la actividad humana en el calentamiento global era ya detectable y significativa. En 1997 se aprobó el Protocolo de Kioto. El riesgo era demasiado alto para pasar el problema por alto. En el tercer informe en 2001, el IPCC vaticinó que el cambio climático inducido por el hombre va a durar siglos, y calculó el aumento previsible de las temperaturas medias para este siglo entre 1,4 y 5,8 grados centígrados.
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