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Cazorla pierde población, pero gana viviendas

Los 23 municipios del parque natural, el más grande de España, proyectan 7.200 casas, 1.975 en zona protegida

Ginés Donaire

Los 23 municipios que forman parte del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén), el más grande del país con 210.000 hectáreas, han proyectado un crecimiento urbanístico para los próximos años de más de 7.200 viviendas, de las que unas 1.975 (algo más de una cuarta parte) se concentran dentro de los límites del espacio protegido. A pesar de tratarse de las comarcas con una mayor pérdida de población en los últimos años, los ayuntamientos van a apurar casi al límite las posibilidades de crecimiento que otorga el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (un 30% de la población y un 40% de suelo residencial) y promueven también cuatro proyectos de campos de golf, todos fuera del perímetro del parque.

La Iruela (2.000 habitantes) ha tramitado más de 500 licencias en dos años
Las tres comarcas del parque promueven construir cuatro campos de golf

El proceso de revisión de los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) en los municipios del más emblemático de los parques naturales de Jaén presenta una indudable contradicción: Los ayuntamientos proyectan, en su conjunto, más de 7.200 nuevas viviendas, y se muestran ajenos al retroceso demográfico de sus pueblos, pues la pérdida de población en las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas fue de 12.500 habitantes en las dos últimas décadas (también se incluyen los municipios de Puente de Génave, Arroyo del Ojanco y Villarrodrigo, que no pertenecen al parque), según el Atlas Socioeconómico de Jaén, editado por la Diputación y CajaGranada.

Los mayores crecimientos urbanísticos previstos se localizan fuera de los límites del espacio protegido, en las localidades de mayor población. Ése es el caso, por ejemplo, de Cazorla, donde se prevén 1.100 viviendas (buena parte de ellas de carácter unifamiliar) para dar respuesta a la elevada demanda de segunda residencia, apunta el alcalde, José Luis Díaz (PSOE). Cazorla proyecta también una zona recreativa en el paraje del Almicerán, donde se contempla la construcción de un campo de golf alrededor de varios cortijos rehabilitados para uso turístico. El proyecto está a expensas del informe de impacto ambiental y del permiso de la Consejería de Medio Ambiente.

- Presión urbanística. El eje que conecta Cazorla con el valle del Guadalquivir, a la altura de Arroyo Frío, en el término de La Iruela, es la zona de la provincia de Jaén sometida a una mayor presión urbanística en los últimos años. José Antonio Olivares, alcalde socialista de La Iruela, admitía hace poco que su Ayuntamiento estaba "desbordado" ante la fiebre urbanística -en los dos últimos años se han tramitado más de 500 licencias de obras-. La Iruela tiene un censo de 2.000 habitantes, pero en épocas vacacionales su población flotante se eleva hasta los 10.000. Inicialmente, el Ayuntamiento había previsto duplicar el censo de viviendas, cifrado en un millar, con más de 100.000 metros cuadrados de suelo residencial, la mayoría en el núcleo turístico de Burunchel. Aunque el nuevo PGOU ya se había aprobado provisionalmente, el Ayuntamiento ha tenido que buscar un nuevo equipo redactor para empezar de nuevo, pues se habían recibido informes desfavorables de Obras Públicas. El alcalde apuesta ahora por un crecimiento "sostenible y razonable", y elude cifrar el número de viviendas, aunque no cree descabellada la cifra de 500 que, en todo caso, superaría los límites del POTA. "Vamos a dar respuesta a todo el sector turístico", apunta.

En la Sierra de Cazorla destacan también los crecimientos previstos en Quesada, con 600 viviendas en el núcleo urbano y en las aldeas de Collejares, Hortizuela, Don Pedro, Belerda y Tíscar, y en Pozo Alcón, donde el Ayuntamiento proyecta una zona turística en las inmediaciones del pantano de La Bolera, dentro del parque natural. También en esta comarca, en el municipio de Santo Tomé, se promueve un campo de golf en el paraje Fuente del Roble, que estaría rodeado de un complejo residencial con casi un centenar de viviendas rurales. A destacar también el caso de Hinojares, uno de los pueblos más amenazados por la desertización. El censo es sólo de 465 habitantes, pero su alcalde, Jesús Martínez (PP) anuncia un centenar de viviendas -casi el doble de las que hay ahora- para impulsar el turismo rural.

Sólo ocho de los 23 municipios tienen todo su término dentro de los límites del parque, y todos ellos son de la Sierra de Segura. El de mayor extensión de todos, Santiago-Pontones, espera dar respuesta a los problemas endémicos en el núcleo turístico de Coto Ríos con la construcción de 50 viviendas. En Segura de la Sierra, el mayor crecimiento es para el céntrico núcleo de Cortijos Nuevos, y en Siles se quiere impulsar la zona recreativa de la Peña del Olivar.

- Campos de golf. Sin embargo, los mayores aumentos en la comarca segureña se esperan en los dos pueblos que tienen sus núcleos urbanos fuera del parque: La Puerta y Beas de Segura. El primero, con 600 viviendas, la mayoría en la carretera de Puente de Génave; y, en Beas de Segura, con otras 600, muchas de ellas en las inmediaciones del aeródromo del Cornicabral. En esta zona se proyecta también un área de uso turístico con dos campos de golf, uno privado de 18 hoyos y otro público de nueve. La Consejería de Medio Ambiente tiene recurrida esta actuación por la decisión municipal de sacar a concurso la venta de monte público que no le pertenecía. El alcalde, Lope Morales, del PP, justifica la expansión urbanística en la lluvia de millones que el municipio recibió con el gordo de la Lotería de Navidad de 2005.

- Las Villas. Finalmente, la tercera comarca, la de Las Villas, en la periferia del parque, cuenta con cuatro municipios, dos de los cuales, Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo, son los de mayor población. En los dos se han proyectado 800 y 700 viviendas, respectivamente, para el horizonte del futuro PGOU, unos ocho años. En Sorihuela del Guadalimar e Iznatoraf los crecimientos son más mesurados, aunque proporcionalmente a su población -poco más de un millar de habitantes- también rozan el límite de crecimiento que contempla el POTA.

Una vista de la localidad jiennense de Cazorla, donde se prevén 1.100 viviendas.
Una vista de la localidad jiennense de Cazorla, donde se prevén 1.100 viviendas.JOSÉ MANUEL PEDROSA

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