Una exposición reflexiona sobre el papel que juega el arte en la construcción de la memoria

"En Colombia, el éxodo es masivo, no se respeta al niño ni al mayor. Al anciano lo echan al olvido y a los pobres nos tratan con horror", canta Luzmila Palacio mirando fijamente a la cámara de Juan Manuel Echavarría, autor del vídeo Bocas de ceniza. Este artista es uno de los nueve de ocho países que han dado forma a Documentos, la memoria del futuro, una exposición abierta en el centro donostiarra Koldo Mitxelena que invita a reflexionar sobre el papel del arte en la generación de documentos del presente o del pasado más reciente, que serán fundamentales para construir la historia y la memoria.

La exposición está comisariada por Rosa Olivares, directora de Exit-Ediciones de Arte del siglo XXI, y reúne a nueve artistas internacionales que tratan asuntos "muy diferentes" a través de la fotografía y el vídeo. The Atlas Group, una fundación imaginaria con un archivo propio creada por Walid Raad en 1999, se asoma al Koldo Mitxelena con una serie de imágenes de coches bomba que explotaron en Líbano durante su guerra civil entre 1975 y 1990. Este trabajo, realizado tras recopilar las fotografías en diferentes centros de documentación de Beirut, supone "un ejemplo de cómo [el artista] parte del documento, de la realidad, para concebir una obra de arte, una ficción, que a nivel histórico explora la memoria reciente de un país y, a nivel artístico, cuestiona el concepto tradicional de autoría", explica el catálogo editado con motivo de la muestra.

"Ésta es una de las partes más trágicas de la exposición, porque hablamos de guerra", pero "también hay obras cargadas de sarcasmo", subraya Olivares. Es el caso de las imágenes tomadas por Alec Soth, quien reconstruye gráficamente Niagara Falls, un pequeño pueblo que tiene toda su estructura montada en torno a las lunas de miel en las famosas cataratas, para ironizar sobre "ese mito de la felicidad eterna basada en el matrimonio".

Soth exhibe una carta de amor arquetípica en la que no faltan ni siquiera los errores ortográficos, para dejar luego paso a una pareja de novios un tanto ridícula y a las postales de los grandes saltos de agua. Enseguida llega el divorcio e, incluso, un caso de maltrato y otro de secuestro y asesinato.

"La historia se va construyendo en muy diferentes capítulos; unos son grandiosos o trágicos y otros son simplemente la reconstrucción de lo cotidiano", comenta Olivares. Por eso la muestra recorre Afganistán de la mano de Brian McKee, quien ha capturado con su cámara los palacios destruidos por la guerra. Esos espacios que un día fueron lugares de gran refinamiento ahora son un símbolo de "cómo la historia de una civilización se transforma, sus riquezas se convierten en polvo y sus costumbres se olvidan".

Humor y drama

También se detiene en temas más triviales. Jacques Fournel, metido en la piel del típico turista, se ha fotografiado en decenas de destinos: la Torre Eiffel, el Taj Mahal o la Estatua de la Libertad, entre otros. Es su manera de tratar con humor esa devoción de "las masas de clase media" que invaden costas lejanas y paraísos perdidos por dejar constancia de que estuvieron allí. "Son esas fotos que tenemos que aguantar cuando llega septiembre y nuestros amigos vuelven de vacaciones", comenta Olivares siguiendo la broma del artista.

En un toma y daca entre el humor y el drama, Documentos reserva también un espacio al trabajo de Ann-Sofi Sidén, quien reconstruye a través de una serie de fotografías y un vídeo delitos cuya comisión históricamente sólo se ha adjudicado a mujeres, como la brujería, la prostitución o la infidelidad. Y detalla el tipo de castigo que se imponía en cada caso. Diez de las once historias son verdaderas y una, falsa, pero la comisaria de la muestra advierte que no a desvelar cuál.

Luc Delahaye es, de los presentes, el autor con un trabajo más ligado a la prensa: ha inmortalizado desde una huelga en Bielorrusia hasta una rueda de prensa del presidente de EEUU, George W. Bush.

María Bleda y José María Rosa, los únicos españoles de la muestra, escarban con sus imágenes en el origen del hombre, mientras que Sebastián Friedman empuja a pensar en las relaciones personales entre las empleadas de hogar y las familias que las contratan. "El empleador casi nunca sabe nada de su empleada y me pareció interesante mostrarle su vida y su familia", apunta el artista. Así que en una imagen plasma a la trabajadora con sus jefes y en otra, junto a su familia.

La exposición es una coproducción con el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, donde abrirá sus puertas entre el 30 de marzo y el 24 de junio. "Probablemente tendrá una tercera sede que se está negociando", apunta el director del Koldo Mitxelena, Frantxis López.

Documentos, la memoria del futuro. Centro cultural Koldo Mitxelena. Urdaneta, 9; San Sebastián. Hasta el 17 de marzo. Horarios: de martes a sábado, de 10.30 a 14.00 y de 16.00 a 20.30; lunes, domingos y festivos, cerrado.