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El Prado revela la grandeza de Tintoretto

El museo reúne 65 obras en la mayor antológica del artista celebrada en los últimos 70 años

Tenía fama de excéntrico porque su fascinación por la perspectiva lo llevaba a crear maquetas de las estancias que quería pintar y en ellas instalaba un teatro de figurillas de cera o arcilla que le servían como modelos para sus monumentales pinturas. Colgaba las maquetas para verlas desde varios ángulos y las iluminaba para probar el efecto de las sombras.

Miguel Zugaza: "Es la mejor exposición posible de Tintoretto fuera de Venecia"
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Un hito histórico fascinante

Jacopo Comin (1518-1594), alias Robusti, alias Tintoretto, por el oficio de su padre, vivió toda su vida en Venecia y, aunque no fue un artista precoz, logró en pocos años una maestría que lo colocó entre los más apreciados artistas de su tiempo, sobre todo al morir Tiziano, su principal rival. Polémico y criticado por sus técnicas agresivas de promocionar su arte y menospreciado por algunos por sus pinceladas y trazos vigorosos y poco detallistas, Tintoretto fue calificado por Vasari como "el cerebro más terrible que ha tenido la pintura".

La mayor parte de sus gigantescos lienzos siguen en las iglesias y mansiones venecianas, pero una selección de casi 50 de las mejores pinturas de Tintoretto están en la exposición que se abre al público el próximo martes en el Museo del Prado, después de su inauguración la noche anterior por los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía y el presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano.

Es la única exposición monográfica que se ha hecho de Tintoretto en España y la primera internacional en 70 años, pero lo que hará mucho más relevante esta muestra son los exigentes criterios de selección con que se ha realizado. "Es la mejor exposición posible de Tintoretto fuera de Venecia", dijo con visible satisfacción el director del Prado, Miguel Zugaza, ayer en la presentación a la prensa. "Y es también la culminación de un importante trabajo de investigación en el que se han descubierto dos nuevas atribuciones en España, además del verdadero nombre del pintor", añadió. Todo esto es fruto del trabajo del comisario de la muestra, Miguel Falomir, quien considera a Tintoretto un pintor difícil de estudiar, "no sólo porque era muy prolífico sino porque era también muy irregular". Por eso la exposición sólo les pareció viable en cuanto recibieron la confirmación de los préstamos de las importantes pinturas que se pensaban incluir. Incluso han sido descartados tintorettos de la pinacoteca madrileña, sea por su dudosa atribución o por su escasa calidad. "El criterio ha sido el de la calidad, y hemos querido ser muy rigurosos. Todas las obras importantes en museos fuera de Venecia están aquí", apuntó Falomir.

No es difícil creerle. La amplia galería central del Prado reluce con el colorido y el poder narrativo de obras como Dánae, Esther ante Asuero; El lavatorio; Venus, Vulcano y Marte; El origen de la Vía Láctea, las diferentes versiones de La última cena y los retratos de personajes de su época, entre los que no faltan dos extraordinarios autorretratos del pintor joven y en sus últimos años. El recorrido sigue un orden cronológico con obras destacadas de todas las etapas de su vida, pero presta especial atención al proceso creativo del pintor. La importancia que Tintoretto dio al dibujo queda demostrada en la interesante sala que se abre en un lateral de la galería para mostrar algunos de sus dibujos, copias de esculturas de Miguel Ángel y la instalación de seis escenas del Antiguo Testamento -obras compradas por Velázquez para Felipe IV- junto a sus pruebas radiográficas, donde se aprecian las rectificaciones del artista; o la simulación del escenario de El lavatorio sin personajes.

Tintoretto fue un pintor apasionado e incansable, imaginativo y audaz, aunque en las últimas décadas haya permanecido en la sombra. La exposición del Prado permite ponerlo en valor hoy, además de enfrentarlo a algunos de sus seguidores, como Velázquez, Rubens y El Greco.

<i>El verano</i> (1546), de Tintoretto, en el Museo del Prado.
El verano (1546), de Tintoretto, en el Museo del Prado.GORKA LEJARCEGI

DATOS ÚTILES

- Fechas: del 30 de enero al 13 de mayo de 2007.

- Lugar: Museo del Prado (paseo del Prado, Madrid).

- Reserva anticipada de entradas exclusivamente para los martes y sábados, a nueve euros (niños menores de seis años gratis), en el teléfono 902 10 70 77.

- La exposición consta de 49 pinturas, 13 dibujos y 3 esculturas.

- Habrá un congreso, conciertos y otras actividades paralelas. Más información en www.museoprado.es.

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