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La muerte de un marroquí en una detención en Reus desata la protesta de los magrebíes

El colectivo de inmigrantes ha puesto 12 denuncias contra la policía por malos tratos

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La muerte de Benaissa E. Y. ha desatado una tormenta en la comunidad magrebí de Reus. Murió el pasado lunes, alrededor de las 04.20, tras ser reducido por los Mossos d'Esquadra y el Cuerpo Nacional de Policía, quienes aseguran que el hombre falleció tras un ataque epiléptico. Los magrebíes no cuestionan esta versión, pero dudan de que Benaissa E. Y. hubiera muerto si no hubiera habido lo que califican de "intervención policial desafortunada". Este suceso ha desatado la ira del colectivo de inmigrantes de Reus, que ha informado a la Subdelegación del Gobierno de que se manifestará este fin de semana para protestar por la "excesiva presión policial" a la que aseguran estar sometidos.

La madrugada del pasado lunes el Cuerpo Nacional de Policía recibió la llamada de un vecino de la calle de Benidorm de Reus que alertó a los agentes de una pelea. Este cuerpo policial solicitó la cooperación de los Mossos d'Esquadra, que llegaron al lugar antes y no advirtieron más que una pelea "a gritos, que no a golpes", entre tres personas de origen magrebí. Poco después llegaron al lugar dos agentes más del Cuerpo Nacional de Policía y, junto a la pareja de mossos, se acercaron hacia uno de ellos que estaba "visiblemente alterado", según la policía catalana. Era Benaissa E.Y. que, según la policía autonómica, estaba dando bandazos en la calle, arremetiendo con brazos y pies contra paredes y puertas metálicas. Dos mossos y un policía lo redujeron y, siempre según la versión policial, el hombre pareció tranquilizarse. O antes o después de este forcejeo, donde los agentes "ni siquiera llegaron a golpearlo", el fallecido comenzó a expulsar espuma por la boca y sufrió varias convulsiones. La policía avisó a los servicios médicos quienes, según los Mossos, lo atendieron pero no pudieron evitar su muerte. Fuentes policiales y también de los convocantes de las manifestaciones coinciden en señalar que el fallecido sufría algún tipo de trastorno mental, por lo que estuvo ingresado hace tres meses en el Instituto Pere Mata de Reus.

Al día siguiente, unos 70 magrebíes se concentraron ante la sede del Cuerpo Nacional de Policía de Reus y dos de sus representantes se reunieron con el comisario jefe y también con el inspector jefe de los Mossos, que les relataron los hechos expuestos anteriormente. Sin embargo, los anteriores desencuentros de la comunidad magrebí de Reus con los diferentes cuerpos policiales, sumados a la muerte de Benaissa E. Y., que llevaba 16 años en la Península -la mayoría de ellos en Reus- han colmado el vaso de su paciencia. "Tenemos más de 12 denuncias contra la policía por malos tratos", explicó ayer Mohammed El Amri, uno de los convocantes de las manifestaciones previstas para el fin de semana. "La mayoría de los policías, pero no todos, hacen con nosotros una película de acción a diario", añadió este reusense, que lleva 17 años viviendo en la capital del Baix Camp.

El Amri se refiere a hechos como los que denunció Mohammed Kihal, de 29 años, ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Reus en junio de 2004. El denunciante aseguró ante la magistrada que en la comisaría de Reus, donde había ido con intención de denunciar al cuerpo policial por un altercado con amigos suyos, varios agentes empezaron a pegarle con puños y porras, y que le sustrajeron su cartera con el permiso de residencia. El denunciante declaró también ante la juez tener "miedo" a la policía.

"No todos somos terroristas", afirmó Loughmari Abbes, otro magrebí reusense, que resumía con esta frase el sentir general de su comunidad. "En cualquier sitio te piden la documentación con violencia. Y luego lo típico: "¿Llevas chocolate?, ¿Qué estás haciendo aquí?", aseguró El Amri.

Varios representantes de la comunidad magrebí reusense solicitaron ayer una entrevista con el alcalde, Lluís Miquel Pérez. Fuentes municipales aseguraron que les recibirá como a cualquier otro colectivo de la ciudad. La capital del Baix Camp, de poco más de 100.000 habitantes, tiene aproximadamente un 11% de población inmigrante, la mayoría proveniente de Marruecos.

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Los convocantes de las manifestaciones del sábado, en la plaza Mercadal de Reus, y del domingo, ante la Subdelegación del Gobierno en Tarragona, no cuentan con el apoyo de las comunidades religiosas islámicas establecidas en el Camp de Tarragona. Se prevé que acudan también colectivos de inmigrantes magrebíes de otros puntos de la geografía catalana. "No vamos bajo ningún título asociativo. Es una manifestación espontánea", señaló Hilal Tarkou, otro de los convocantes.

Representantes de los magrebíes frente al Ayuntamiento.
Representantes de los magrebíes frente al Ayuntamiento.J. LL. SELLART

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