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La presión policial obliga a desconvocar una concentración antirracista en Alcorcón

El Ayuntamiento no había autorizado la protesta de un centenar de jóvenes por la convivencia

A las nueve de la noche, junto al Centro Joven de Alcorcón había más policías y periodistas que residentes paseando. La manifestación convocada ayer por distintas asociaciones juveniles y vecinales contra el racismo y por la convivencia pacífica reunió a las siete de la tarde a un centenar de jóvenes en el mismo lugar donde el pasado fin de semana se produjo un brote de violencia xenófoba. Pero los manifestantes decidieron disolverse de forma espontánea presionados por el despliegue policial y porque el Gobierno de la localidad (PSOE e IU) no había autorizado la concentración.

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La manifestación había sido convocada por la Asamblea por la Convivencia Pacífica y Contra el Racismo, formada por asociaciones juveniles y vecinales, y contaba con el apoyo de la Coordinadora Antifascista de Madrid. La mayoría de los que ayer se presentaron ante el Centro Joven de Alcorcón, eran jóvenes que querían dejar claro que lo ocurrido el pasado fin de semana no fue "un problema xenófobo, sino de violencia gratuita". "Muchos fascistas están aprovechando la situación para manifestarse junto con la gente del pueblo", rezaba un comunicado repartido en el lugar.

Pero las intenciones de los manifestantes se quedaron en nada por el fuerte dispositivo policial. "Vámonos de aquí, que estos van a empezar a cargar...", comentaban los jóvenes en corrillos, vigilados por policías de uniforme y otros muy jóvenes con pasamontañas y de paisano.

Los chicos intentaron desplegar una pancarta con el lema: "No al racismo. De aquí o de fuera, la misma clase obrera". Pero la pancarta terminó de nuevo enrollada bajo el brazo de los manifestantes. "Es que aquí tampoco tenéis permiso", les increpó un policía. Los jóvenes protestaron, recogieron sus bártulos y proclamaron en alto que se iban a casa "por culpa de la presión policial y del Ayuntamiento de Alcorcón, que no nos ha dado permiso y ha manipulado la cita diciendo que iban a venir grupos violentos". El alcalde de Alcorcón, el socialista Enrique Cascallana, había calificado por la mañana la convocatoria de "ilegal".

La presencia policial enfadó también a muchos vecinos del barrio. "Aquí no se puede estar", les soltó un antidisturbio a un grupo de mujeres que hacían corrillo muertas de frío. "Oiga, este es mi barrio y yo hago lo que quiero. Y si no, regístreme, que sólo llevo el móvil y el tabaco", se quejó la mujer, que decidió no moverse del sitio.

"Los latinoamericanos no nos cobran por jugar en las canchas. Yo soy español y llevo años jugando al baloncesto con los dominicanos", explicó un joven, que llevaba una camiseta con la leyenda "Alkorkon antisistema". A su lado, Raquel, estudiante de instituto, afirmaba que "una cosa es que no queramos delincuentes y otra que ya nos tachen de racistas". Luego, miró a las decenas de policías que le rodeaban y decidió marcharse. Poco a poco, los chicos, muchos tapados con gorras y pasamontañas para cubrirse del frío helador, se fueron yendo a casa. A las nueve de la noche apenas quedaban manifestantes y tres cuartos de hora después los antidisturbios, ante la aparente tranquilidad, decidieron retirarse.

El viernes el Sindicato de Estudiantes ha convocado una manifestación a mediodía ante las puertas del Ayuntamiento de Alcorcón también contra el racismo y la manipulación "por parte de la derecha, los fascistas y los medios de comunicación".

Y el sábado por la tarde, hay otra concentración en el Centro Joven que se prevé problemática por la posible participación de grupos de la ultraderecha. En Internet circulan mensajes como este: "Por España. Para evitar una futura invasión. Pásalo a todos ls contacts. Alcorcón, Vallekas. Villaverde. Móstoles... Unidos. El día 27 de enero kedada en las canchas del parke de la paz n kontra de los putos latin".

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