Empresarios y expertos apoyan medidas contra el cambio climático
La mayoría apoya crear un impuesto global sobre las emisiones de CO2
Ya desde la primera jornada, la edición 2007 del Foro Económico Mundial se perfila como la cumbre sobre el cambio climático. Líderes del mundo de los negocios, economistas y expertos urgen ahora a los gobiernos a adoptar una regulación para detener la catástrofe del medio ambiente. Sir Nicholas Stern, principal asesor del Tesoro británico, y autor de un informe demoledor sobre el cambio climático, abogó ayer, entre otras medidas, por impuestos globales para conseguir el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Los empresarios y economistas especializados en medio ambiente comenzaron a intervenir en los coloquios previstos con una buena noticia. George W. Bush reconocía una realidad que se había resistido a admitir durante sus seis años en la Casa Blanca: cambio climático, como las meigas, haberlo haylo. Bush, presidente de la nación responsable de alrededor del 25% de todas las emisiones de carbono producidas por el hombre, admitió en su discurso sobre el estado de la Unión "el serio desafío del cambio climático global". "Qué diferencia puede hacer un año", declaró al presentar el coloquio sobre cambio climático Daniel Esty, director del Centro para las leyes y políticas del Medio Ambiente. "En realidad, qué diferencia puede hacer un día. El presidente Bush acaba de reconocer que el cambio climático es un serio desafío. Esta admisión cambiará la dinámica mundial y la estructura legal erigida hasta ahora para abordar el problema de las emisiones de gases efecto invernadero", añadió.
Stern cree que la destrucción del medio ambiente es "el mayor fracaso del mercado"
Otros participantes en el coloquio no están demasiado impresionados por las palabras de Bush. "La diferencia puede estar en el anuncio que acaban de hacer las empresas de energía de EE UU, como General Electric, Alcoa y Duke. Ahora apoyan un sistema de mercado para reducir la polución mediante costes eficientes y de manera flexible, y respaldan el objetivo de reducir hasta un 30% la emisión de gases de efecto invernadero dentro de 15 años", precisó Timothy Wirth, el presidente de la Fundación Naciones Unidas y arquitecto del Protocolo de Kioto, que EE UU sigue sin firmar.
En un segundo debate organizado por la cadena de televisión norteamericana CNBC, la lucha para detener la catástrofe del medio ambiente ganó enteros de manera abrumadora. Tres mociones fueron presentadas a un coloquio de expertos, entre los que destacaba Sir Nicholas Stern.
Según la primera propuesta, la energía nuclear y un carbón limpio son las únicas alternativas viables al petróleo. James Rogers, presidente de Duke Energy Corporation de EE UU apoyó la moción porque ambas energías presentan claras ventajas comparativas. El experto Vinod Khosla, de la norteamericana Khosla Ventures, se opuso. Según explicó, una nueva planta nuclear requiere un periodo de construcción de 10 a 15 años, siempre que no se presenten problemas legales o regulatorios mientras que las soluciones basadas en el carbón son insostenibles en el largo plazo por los costes sociales y en el medio ambiente.
"Las alternativas más baratas, incluyendo la energía solar, puede ser desarrollada a precios competitivos", explicó Khosla. Sometida a votación la moción a dos centenares de participantes, un 27% se pronunció a favor y un 73% en contra de que la energía nuclear y el carbón sean las únicas alternativas viables al petróleo.
La segunda moción a debate sostenía que los mercados eran más eficaces para lograr que las grandes empresas opten por energías verdes. Tras los argumentos, un 29% de la audiencia votó a favor; un 71% en contra.
En la tercera propuesta se planteaba que un impuesto global sobre el carbón sería un remedio peor que la enfermedad. Stern explicó que "una fuerte acción sobre el cambio climático tendrá efectos más positivos que negativos, de modo que es necesario adoptar medidas audaces, teniendo en cuenta que las emisiones de gases deben ser cortadas en un 30% hacia el año 2050". Lo que Stern define como "el fracaso más grande del mercado que el mundo ha conocido" -la destrucción del medio ambiente- debería ser reparado con "un impuesto global sobre las emisiones de carbono". Un 64% votó a favor de Stern, contra un 36% que sostuvo lo contrario.
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