Un psicólogo español estudia a la 'mujer salvaje' de Camboya
Tras 18 años perdida en la selva, Rochom P'ngieng es incapaz de hablar
Un psicólogo español de la Universidad de Oviedo llegó ayer al poblado de Oyadao, en la provincia de Rattanakiri, al noreste de Camboya, para estudiar el caso y ayudar a la readaptación de la mujer salvaje, que fue encontrada la semana pasada tras vivir 18 años en la jungla. Héctor Rifá llegó ayer a esta localidad tras un viaje de unos 700 kilómetros por carretera y cerca de 22 horas desde Phnom Penh, la capital del país.
El psicólogo planea pasar unos días con la mujer "para observar las interacciones, cómo se relaciona con la familia, con el poblado" y para "aconsejar a la familia sobre la mejor forma de adaptación", según dijo a Efe. Rifá, que vive en Phnom Penh, donde trabaja para la Universidad de Oviedo dirigiendo un proyecto de la ONG Psicólogos sin Fronteras, se interesó por este caso tras salir a la luz hace 10 días la historia de Rochom P'ngieng, de unos 27 años de edad y que supuestamente se perdió en la selva hace 18 años mientras pastoreaba con una hermana un rebaño de búfalos.
La joven fue encontrada desnuda, malnutrida y sin capacidad para hablar o emplear utensilios normales como los cubiertos. Fue identificada por el policía local Sao Loo, de 45 años, y su esposa; los padres aseguran que la han reconocido por una cicatriz en la espalda, que se hizo cuando era niña, y están dispuestos a someterse a pruebas de ADN para confirmarlo. "Apuesto 10.000 dólares a quien diga o dude que no es mi hija", retó ayer el padre ante las versiones que ponían en duda que la joven salvaje sea su hija y no una enferma mental que habría estado vagando perdida y abandonada por la jungla que puebla la región.
A su llegada a la pequeña casita de localidad de Oyadao, el psicólogo encontró a la madre espulgando el pelo de su supuesta hija, que estaba en cuclillas debajo de un árbol de anacardos. "Pensé que la encontraría más asustada", explicó Rifá, que de momento quiere, sobre todo, "observar cuáles son sus percepciones, y hacerle pruebas para ver cómo está de audición, de habla, cómo reacciona ante objetos como un espejo, a los olores...". "Si es cierto que se perdió a los 10 años, tiene que recordar, por ejemplo, con lo que bebía de pequeña", dijo, refiriéndose a unos cuencos de calabaza que se emplean en el campo en Camboya. "Quiero observar y explorar, pero sin ideas preconcebidas. Espero que sólo esté desadaptada", afirmó el psicólogo español, quien señaló que "al día de hoy no está enferma, no es una paciente de nada, y mentalmente seguro que estaba bien hasta el día que la capturaron".
Según el psicólogo, además de las casi dos décadas que ha pasado en la jungla, hay que tener en cuenta que cuando era una niña la familia vivía en una aldea remota de la misma zona, pero hace algunos años se trasladaron a Oyadao, la capital de distrito, "y aunque es el campo, están al borde de una carretera, con televisión, coches...".
"Ahora hay que recuperar el momento en que se encontraba cuando desapareció y situarla", afirmó, e insistió en que va a intentar que la adaptación se haga a nivel de la comunidad. "Son indígenas, de los nong, y no hablan camboyano, sino su lenguaje, y lo mejor es que esté lo más cerca posible de la gente", dijo Rifá.
El rescate de la mujer se produjo el pasado 13 de enero, cuando la joven trataba de robar comida de unos leñadores y fue atrapada. En la misma aldea donde apareció, los lugareños buscan a un muchacho también salvaje con quien fue vista en los alrededores, pero que consiguió escapar.
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