Las reticencias de los sindicatos
La propuesta para rescatar al astillero de Astano de casi una década de infrautilización no ha convencido a los sindicatos. UGT, CC OO y CIG cuestionan que Barreras sea la mejor opción para hacerse con la factoría y opinan que habría que auditar las cuentas del grupo vigués "antes de llevarse una sorpresa".
Desde la Federación del Metal de la UGT en Ferrol tildaron de "contradictoria" la propuesta realizada ayer por el astillero vigués para la adquisición de Astano. José Paz Alonso considera que la consellería se ha convertido en mero "aval" de la iniciativa privada como única solución para rentabilizar la factoría. Recuerdan además que el propietario de la planta, la Sepi, manifestó recientemente su oposición a una hipotética "privatización" del astillero.
Emilio Pantín, responsable de Política Industrial en CC OO, se mostró prudente ante "un proyecto que aún no está cerrado" y matizó que "habrá que ver si esta propuesta es viable, si tiene el suficiente músculo financiero para crear empleo y generar riqueza".
Antonio López (CIG) manifestó que en opinión de la central nacionalista esta propuesta "no pasa de ser una declaración de intenciones de Barreras que no resuelve el problema de fondo de Astano, sin carga de trabajo propia desde hace cinco años".
La privatización de Astano supondría la ruptura del acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los sindicatos en 2004 que ratifica el carácter público del astillero dentro del grupo Navantia.
La factoría de Astilleros y Talleres del Noroeste (Astano), hoy Navantia Fene, se fundó en 1941 y alcanzó su máximo esplendor productivo en la década de los 70. En 1985, las autoridades comunitarias obligaron a España a limitar la construcción civil en Astano, lo que supuso la primera gran reconversión del sector en Ferrol.
En 2000 la planta se integró en el grupo Izar, creado por el Gobierno del PP para frenar las pérdidas de los astilleros. En 2004 España fue condenada por la UE a devolver las ayudas ilegales que le había dado al grupo. La crisis económica que desencadenó esta sentencia obligó a disolver Izar y fundar Navantia.
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