Cultura bien entendida
En paralelo con las representaciones de Wozzeck, de Alban Berg, el Real ha rescatado la ópera de Manfred Gurlitt de idéntico título, estrenada solamente cuatro meses después de la de Berg, y asimismo inspirada en idénticas fuentes teatrales de Georg Büchner. El paso del tiempo ha consagrado a Berg y olvidado a Gurlitt. Sin embargo, y aunque no alcance las cotas de maestría del tradicional, "el otro Wozzeck" tiene interés más que sobrado, como se ha podido comprobar gracias a esta feliz iniciativa cultural del Real. Como ha señalado Carmelo di Gennaro, el personaje de Wozzeck en la versión de Gurlitt no es tanto el emblema de un marginal aislado de la sociedad, sino el de un individuo sencillo, víctima de la propia sociedad. El papel que asume el coro da en cierto modo un tinte de tragedia griega a todo el drama, además de servir de nexo de continuidad. El lamento de la pobreza en varias ocasiones imprime una perspectiva social.
Wozzeck
De Manfred Gurlitt. Con Johan Reuter, Ana-Katharina Behnke, Darren Jeffery, Graham Clark, David Kuebler, Konrad Jarnot, Cecilia Díaz y Francisco Vas. Sinfónica de Madrid. Director musical: Jesús López Cobos. Teatro Real, 21 de enero.
Dimensión poética
Se utilizó en la anunciada versión de concierto la escenografía de Alfons Flores de la producción de Bieito para la ópera de Berg y fue un acierto porque el decorado industrial de tuberías tiene una potencia plástica excepcional. Los personajes respiraban y se podían captar a las mil maravillas las esencias textuales y musicales de la obra, sin necesidad de una acumulación de objetos y de efectos que "expliquen" lo que la música sugiere. La concentración pasó a primer plano y también la dimensión poética de la música y el canto.
López Cobos dirigió con seriedad y convicción. Más aún, con un escrupuloso sentido de la organización y un lirismo no por contenido menos intenso. Le respondió con precisión y aliento teatral la orquesta. Y estuvo impecable el Coro de la Comunidad de Madrid, a las órdenes de Jordi Casas. En el apartado vocal destacó la interiorización y matización dramática de Johan Reuter en el papel protagonista y no se quedó atrás en cuanto a caracterización Anna Katharina Behnke.
Del resto sobresalieron, quizás, David Kuebler y, en el plano teatral, Graham Clark. Se llenó el teatro, y el público acogió la obra con calor. Hay que agradecer a los programadores la posibilidad de contrastar una obra maestra como la de Alban Berg con óperas del mismo momento histórico como ésta de Gurlitt, con la lectura dramatizada en el Español de la pieza teatral de Büchner en que ambas están basadas y con la recreación en la Filmoteca de la película de Werner Herzog sobre este tema imperecedero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.