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Entrevista:JAVIER PÉREZ | PRESIDENTE DE MASTERCARD EN EUROPA

"Las comisiones bajarán con la zona de pagos europea"

El directivo rechaza que la compañía abuse de su posición dominante, como acusa Bruselas

Alejandro Bolaños

Como buen directivo global, en su discurso abundan las expresiones en inglés y su casa "son los aviones". Mastercard, el segundo emisor mundial de tarjetas de crédito y débito, le nombró presidente de su división europea en mayo. Javier Pérez (Barcelona, 1953) ha llegado al cargo en una etapa que se anuncia intensa. La creación de una zona de pagos europea (en sus siglas inglesas, SEPA) para unificar las normas sobre transacciones financieras está en pleno desarrollo. Y la Comisión Europea ha redoblado la presión para que se eliminen las tasas de intercambio que se cobran entre sí los intermediarios financieros por el uso de tarjetas en los comercios, comisiones que luego se repercuten al consumidor.

"Que haya más competencia en este negocio nos parece bien, pero en este mercado no puede entrar cualquiera, tiene que haber control"
"Es injusto el trato que recibe la banca, no explica bien que llevamos diez años con tipos de interés al 3%, que tiene que cobrar los servicios"
"La filosofía de la Comisión Europea de que no son necesarias las tasas de intercambio es tremendamente peligrosa"

Pregunta. El desarrollo de la zona única de pagos, ¿cómo afectará al ciudadano que usa tarjetas en sus pagos?

Respuesta. El uso de tarjetas para el consumidor español no será distinto, el cambio ya se resolvió. Una tarjeta Maestro o Mastercardpuedes usarla en cualquier parte de Europa y se carga en España. El cambio afecta más a los bancos. Imaginemos una gran entidad holandesa, con bancos en toda Europa. Su nuevo planteamiento con SEPA es: tengo que tener los mismos productos en todos los países donde opero, tengo que darle los mismos servicios a todos los clientes. Surge la necesidad de tener una fábrica única de servicios para todos los países. Y ahí es donde entra Mastercard: le ofrecemos al banco la única solución tecnológica, la plataforma EMV, que se usa ya con las tarjetas Maestro, para centralizar el seguimiento de operaciones.

P. La inversión para unificar esos servicios, ¿repercutirá en más comisiones?

R. Ahora los bancos tienen un departamento de medios de pago en cada país, con productos distintos por la legislación o por razones comerciales. Y la idea es dejar todas las variaciones de tarjetas que hay por cada país en una sola para todos los países. Imagine lo que supone de ahorro, y, al menos en mi industria, los ahorros se llevan al consumidor. Habrá abaratamiento en las comisiones del comercio, en la cuota anual, bajarán las comisiones al particular, habrá más ofertas de fidelización...

P. ¿Qué ofrece la tecnología de Mastercard a los bancos?

R. Nuestro papel básico sería el de routear [transportar datos a través de redes virtuales] las transacciones de los distintos países a esa fábrica única de servicios, porque ahora esas transacciones se procesan en los países de origen. En el mundo SEPA, esa transacción fluirá a la base, donde sea que la ponga cada banco. Pero no todos los bancos van a renunciar a las estructuras domésticas, sólo los de ámbito paneuropeo.

P. ¿Tendrán que afrontar nuevas inversiones para prestar ese servicio?

R. Para nosotros, routear esas transacciones es posible, casi siempre, con infraestructura ya existente. El mayor coste será para la banca, porque han hecho inversiones importantes en ámbitos locales que ahora van a ser, en buena parte, innecesarias. Y eso liga con otro tema que nos preocupa, que es el de las tasas de intercambio. En el mismo momento en que los bancos están obligados a tirar inversiones a la basura, les están pidiendo que rebajen sus precios internos por el uso de tarjetas en el comercio.

P. Pero el comercio traslada ese coste al consumidor y Bruselas dice que son tasas abusivas, un impuesto al consumo de bancos y emisores de tarjetas.

R. La filosofía de la Comisión de que las tasas de intercambio no son necesarias es tremendamente peligrosa. Yo ni pincho ni corto en las tasas de intercambio, no las fijo en el ámbito doméstico, que es donde está el 95% del negocio, las fijan los bancos. Pero pensar que se puede trabajar gratis es peligroso. Y todavía la Comisión sigue diciendo que las tasas de intercambio se tienen que reducir a cero. Yo no entiendo quién le ha dado autoridad a la Comisión Europea para fijar los precios en esto. Me parecería preocupante que en países como España, donde ya hay un acuerdo entre la banca y el comercio [se rebajarán del 2,75% al 1,4% antes de 2008], la Comisión vaya más allá.

P. Pero ¿no es posible bajarlas más?

R. Por hablar de España, hemos visto una rebaja muy importante de las tasas de intercambio en los últimos años y nos estamos acercando a unos niveles ya muy bajos. Pero hay que entender que todavía sólo estamos procesando el 30% de las transacciones que se podrían pagar con tarjeta en España. Y sólo con ese 30%, la competencia, la lucha entre la banca y el comercio, ha logrado que la tasa de intercambio caiga.

P. Ese 30% de transacciones quizá se deba a que los comercios desincentivaban el uso de tarjetas porque las tasas eran muy altas.

R. Estoy de acuerdo, pero hay que fijarse en que el coste de una nueva tecnología, como el montaje de los TPV [terminales de punto de venta], también es alto.... Estábamos en una fase inicial. Pero ahora estamos en unos niveles coherentes. Y si no se rompe la baraja, es posible que podamos seguir en esa dinámica de reducción. Pero si te rompen la baraja, te ocurre lo que ha pasado en Australia: como les han tirado las tasas de intercambio a la mitad, los bancos han vuelto a cobrar cuotas anuales, cosa que no hacían hace años.

P. Bruselas ha abierto una investigación a Mastercard por las tasas de intercambio transfronterizas, que también cree abusivas.

R. Esas sí las fija Mastercard, pero las transacciones transfronterizas del comercio apenas suponen un 5% del total. Y nosotros creemos que tiene que haber un sistema de compensación de costos. Discutamos, pero no creo que encontremos un sistema mejor.

P. La zona única de pagos también prevé la apertura del negocio de medios de pago, ¿temen los efectos de más competencia?

R. Nosotros pensamos que todo lo que suponga ampliar el pastel y aumentar las transacciones con tarjeta nos parece bien. El tema es que hay que ser muy cuidadosos con que alguien que participe en medios de pago sea totalmente confiable y esté bajo controles. Lo que no puede ser es que en este mercado te entre un cualquiera. Tiene que haber unas garantías mínimas y una autoridad que controle.

P. La falta de transparencia en lo que cobran los bancos por el uso de tarjetas es una queja frecuente entre los consumidores.

R. Yo ahí puedo dar mi opinión particular. Creo que lo que ocurre es que el consumidor puede tener un exceso de información, estamos desbordados por la información de los contratos de los servicios. Y mucha frustración cuando comprueba que lo que le cobran tiene que ver con eso. Pero creo que es injusto, y no lo digo sólo porque son mis clientes, decir que hay mala fe de los bancos. No nos olvidemos además de que la banca ha cambiado mucho en 20 años. Entonces el tipo de interés estaba al 18% y los intermediarios financieros hacían maravillas con la gestión del dinero, te lo daban todo gratis. Pero ahora llevamos 10 años con las tasas de interés al 3%, no tienen más remedio que cobrar. Ciertamente, tampoco ayuda que la banca española lo esté haciendo tan bien: cuando se publican las cuentas de resultados, la gente se enciende. Pero si luego miras bien, resulta que el 50% viene de América Latina, y otra parte importante lo da la banca corporativa, no el negocio de particulares, ¡tampoco se encienda usted tanto! Lo cierto es que la banca no explica bien todo esto.

Javier Pérez, en un momento de la entrevista en la sede de Mastercard en Madrid.
Javier Pérez, en un momento de la entrevista en la sede de Mastercard en Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

Las tarjetas con 'chip', una novedad que ya está aquí

Pregunta. ¿Cómo va la implantación de las tarjetas con chip?

Respuesta. En Inglaterra, Alemania y Francia, la tecnología ya se ha implementado. Con el turismo que hay aquí debemos tener una infraestructura que nos permita soportar este tipo de tarjetas. En España, la mayoría de las terminales, además de la banda magnética, ya pueden leer el chip. Y cuando la tecnología está lista, los bancos empiezan a emitir tarjetas con chip.

P. ¿Por qué el cambio?, ¿qué ventajas tendrá para el consumidor?

R. En Estados Unidos hay una experiencia que ha tenido un éxito sorprendente. Es lo que llamamos la tecnología pay pass, el pago touch and go [tocar y marchar]. Sólo tienes que tocar el terminal con la tarjeta y se carga el pago sin más. Empezamos con experiencias piloto en McDonalds y el metro de Nueva York, y nos pidieron que instaláramos esa tecnología de forma inmediata. Para los grandes comercios, con gran asistencia de clientes, rebajar el tiempo en las colas hace una gran diferencia.

P. ¿Y evitará el fraude?

R. No tienes por qué dar tu tarjeta a nadie, ni perderla de vista, así evitas una importante vía de fraude. Y el chip lo puedes sacar de la tarjeta y lo puedes poner en tu reloj, o en tu móvil, ya no haría falta el soporte de plástico.

P. La amenaza del robo de datos por internet es una de las trabas al desarrollo del negocio electrónico, ¿hay formas de pago realmente seguras?

R. El problema en internet es que los datos de la tarjeta viajan por la red en abierto, y lo que hay que conseguir es que viajen encriptados. Nosotros tenemos una aplicación muy sencilla, el Secure Code, que se puede descargar en el ordenador, de modo que, cuando tú metes tu número de tarjeta, el ordenador aplica un código y encripta los datos, y así, aunque los intercepten, no los pueden descifrar. Yo calculo que en un par de años ese miedo al negocio electrónico por internet habrá pasado a la historia.

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