EU arranca su campaña contra la especulación y la corrupción urbanísticas
Llamazares augura un triunfo de la izquierda contra "la peste del crecimiento insostenible"
Esquerra Unida proclamó ayer en Valencia a una cincuentena de candidatos a ocupar las alcaldías de las principales ciudades de la Comunidad Valenciana con el común propósito de plantar cara a la especulación y la corrupción urbanísticas. Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida, parafraseó a Albert Camus e invitó a destapar y anular "la peste del crecimiento insostenible" con la práctica de "virtudes republicanas" como "libertad de conciencia, la autonomía, la libertad y la virtud cívica".
"Nosotros queremos transformar la sociedad, no que la sociedad nos transforme"
Llamazares invitó a los candidatos de Esquerra Unida a emular a Bernard Rieux, el médico que protagoniza La peste, de Albert Camus, que fue capaz de invocar la libertad de conciencia frente a "una Administración colonial e inmersa en una sociedad amenazada y débil" para combatir sin fisuras "la peste de la especulación y de un modelo de desarrollo insostenible". Un modelo que "es el más injusto de la Unión Europea, porque cuanto más crece España más injusta es".
El alcalde de Seseña (Toledo), Manuel Fuentes, enfrentado al constructor Francisco Hernando, Paco el Pocero, asistió al acto de proclamación de candidatos como adalid del compromiso de la coalición de izquierdas contra la especulación urbanística. "No merezco homenajes ni aplausos porque sólo hago lo que debo, porque nosotros no gobernamos para hacer lo que nos da la gana, sino para abrir los Ayuntamientos a los ciudadanos, para levantar Ayuntamientos con paredes de cristal y movernos con bolsillos de plástico transparente". Fuentes planteó una contradicción: "Cuanto más suelo se puede urbanizar más cara es la vivienda". Y sentó cátedra: "Donde gobierna Izquierda Unida, son los vecinos los que planifican. Otros, no se plantan ante los planes de los empresarios porque carecen de principios. Nosotros queremos transformar la sociedad, no que la sociedad nos transforme".
Glòria Marcos, coordinadora general de Esquerra Unida y candidata a la presidencia de la Generalitat Valenciana, se puso "bolsillos de vidrio" y arremetió contra un gobierno que aspira a montar un circuito de Fórmula 1 en la ciudad de Valencia, que invierte en diversas ciudades de las artes, la luz o las lenguas o en parques como Terra Mítica en lugar de atender las necesidades de los ciudadanos. Citó algunas parejas de baile que esconden sus bolsillos: "Carlos Fabra y Luis Batalla; Díaz Alperi y Enrique Ortiz; Riba-roja y Porxinos...". Y concluyó: "Trescientos años después de la batalla de Almansa hay que cambiar el color de la Generalitat y de las ciudades. Nosotros venimos de un silencio, pero somos la única alternativa nítida de izquierdas. Tenemos un compromiso. Podemos. Y queremos transformar la sociedad".
Una larga media docena de candidatos a las alcaldías de las principales ciudades valencianas habían caldeado el ambiente.
Entre ellos José Manuel Martínez, candidato por Torrevieja, "la quinta ciudad del País Valenciano por población, la primera por corrupción urbanística", quien reivindicó con orgullo su condición de torrevejense, pero siguió: "Me duele que en 20 años de campos de golf sin agua no se haya levantado ni una sola vivienda de protección oficial; me duele una deuda municipal de cien millones de euros que contrasta con el enriquecimiento del alcalde y sus poceros, el hombre que compró una parcela por 30 millones y la vendió por mil; me duele que toda la sanidad, incluso la primaria, sea privada; pero espero recuperar la dignidad a golpe de papeletas".
Carmelo García, candidato por Castellón, ofreció una lección de geografía: "Castellón limita al Norte con Marina d'Or; al Sur con el alcalde prevaricador que no quería dejar su cargo; al Oeste con las obras eternas de un aeropuerto que espanta al aguilucho cenizo y que construyen otros aguiluchos no menos grises; y al Este con la ampliación del Polígono del Serrallo".
José Antonio Fernández Cabello, candidato por Alicante, denunció "al pocero Enrique Ortiz, que tiene el monopolio del urbanismo depredador en Alicante", con la connivencia de "un irresponsable, como Luis Días Alperi, que puede acabar con lo que queda de la ciudad en cuatro años".
O Amadeu Sanchis, el anfitrión, quien dio la bienvenida "a la Valencia de izquierdas, capital de la República, no a la del PP, no a la de las fosas comunes, no a la de Fernando Alonso..."
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