Problemático tránsito hacia la sociedad terciarizada

Si los datos sobre inversión total y per cápita en I+D+i sitúan al Arco Mediterráneo por debajo de Madrid, Navarra y el País Vasco, los datos del censo de 2001 sobre el nivel educativo de la población adulta también le van a la zaga. En los porcentajes de instrucción de la población mayor de 16 años, mientras que Madrid alcanza un 20,74% de licenciados y Navarra y el País Vasco pugnan entre sí con un 16,36% y un 16,62% respectivamente, Cataluña se sitúa en el 13,65% y la Comunidad Valenciana aún por debajo (11,89%). Las consecuencias de un modelo industrial basado en la incorporación temprana de la población a puestos de trabajo de escasa cualificación y exigencia, "por positivo que sea a corto plazo", plantea "problemas estructurales importantes que pueden afectar muy negativamente en la proyección hacia el futuro".

Según el informe, la posibilidad del tránsito de una sociedad industrial fundamentada en actividades de escasa cualificación y en trabajadores escasamente formados a otra sociedad terciarizada que exige un nivel de instrucción muy elevado parece muy problemática. Así, mientras las regiones más industrializadas del litoral mediterráneo han tenido en lo que respecta al PIB "tasas muy modestas de crecimiento, como consecuencia de la baja competitividad de su modelo industrial por el efecto de la aparición de la emergencia de nuevas áreas de producción caracterizadas por sus ínfimos costes salariales", otras comunidades han experimentado notables avances.

Madrid ha progresado más que ninguna otra región en el proceso de terciarización avanzada, el País Vasco ha podido sostener su industria gracias a la elevada cualificación profesional y técnica de su actividad. Navarra, junto con La Rioja y en parte Aragón, han promovido un modelo mixto basado en la promoción de una agricultura de producto sofisticada, en el mantenimiento de actividades secundarias de elevado nivel de especialización y en la emergencia de actividades terciarias sofisticadas.

Pulso industrial

Por el contrario, Barcelona, Valencia y el interior industrializado de Alicante, al tener un secundario "de muy escasa sofisticación tecnológica y muy bajo valor añadido", no han podido mantener el pulso industrial, "salvo cuando procesos de cualificación de los productos (diseño, calidad técnica de los procesos y/o del propio producto) les permitía una diferenciación de los convencionales". En caso contrario, nunca han podido competir con los precios de los productos asiáticos y de la Europa del Este. "Las tentativas de terciarización de la estructura productiva han resultado hasta el momento fallidas", diagnostica el autor.