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Reportaje:

La invasión de los tambores

4.540 menores y 11.000 adultos celebran con los sones de Sarriegui la fiesta de San Sebastián

"Me gustaría que fuera despacito el tiempo, porque hay que aprovechar el día", comentaba ayer emocionado Iñaki Díaz de Junguitu. Él es el ayudante del general de la tamborrada infantil de San Sebastián y uno de los 4.540 chavales -2.458 niñas y 2.082 niños- que hoy, a partir de las 12.00, llenarán de color y sonido las calles del centro de la ciudad, por donde harán viajar las melodías de Raimundo Sarriegui al ritmo de sus tambores y barriles.

Para entonces, los redobles llevarán ya horas sonando por las cuatro esquinas de San Sebastián en honor de su patrón. La izada de la bandera donostiarra la pasada medianoche en la plaza de la Constitución dio el pistoletazo de salida a 24 horas de fiesta, durante las que desfilarán 98 tamborradas de adultos, que suman algo más de 11.000 participantes. La mayoría, 69, son mixtas; 28 son masculinas y tan sólo una está formada exclusivamente por mujeres.

Historiadores y cronistas manejan diversas versiones sobre el origen de la tamborrada, que parece que toma cuerpo a partir de 1836 con la sociedad La Fraternal y, años después, con la Unión Artesana. Poco a poco la fiesta fue sumando compañías y ganando espacios en la ciudad. En 1967 existían 10 tamborradas y el jolgorio se centraba en la Parte Vieja. En 1992 ese número se había multiplicado por cinco y el redoblar de tambores se extendía como una tela de araña por los barrios de la ciudad. Hoy día existen casi un centenar de tamborradas y es difícil escapar a los sones de Sarriegui.

La fiesta grande de los donostiarras, en la que consiguen quitarse de encima el sambenito de sosos que les persigue, ha ido ganando con el tiempo en participación e igualdad. A ello contribuyeron 29 atrevidas mujeres hace 26 años. Con sus trajes de aguadoras, el 20 de enero de 1980 acompañaron a los soldados y cocineros de la sociedad Kresala en el desfile de tambores y barriles por las calles de la Parte Vieja. Fue un acontecimiento, pues hasta entonces la presencia de las mujeres en la tamborrada era prácticamente nula. Con los años han ido surgiendo numerosas tamborradas mixtas e incluso una integrada sólo por mujeres, la Anastasio Femenina, que nació en 1998.

Participación femenina

El debate sobre la participación de las mujeres en la fiesta ha sido recurrente a lo largo de los años. La sociedad Gaztelubide se ha encargado siempre de protagonizar la izada de la bandera, con la que comienza la diversión, mientras que la Unión Artesana se ha hecho cargo de la arriada, que cierra el día del patrón. Durante décadas, en las filas de ambas tamborradas sólo ha habido hombres, pero el año pasado se estrenaron junto a ellos una docena de aguadoras.

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La Unión Artesana había tomado la decisión de incorporar a las mujeres el ejercicio anterior. Gaztelubide se vio forzado a integrarlas pocos días antes de la fiesta ante el miedo de perder el privilegio de la izada. Y es que el Ayuntamiento le recordó que la Ley vasca de Igualdad prohíbe la organización de actividades culturales en espacios públicos en las que no se permita o se obstaculice la participación de las mujeres en condiciones de igualdad con los hombres.

La tamborrada infantil también ha ido creciendo con los años. Euskal Billera abrió la brecha en 1927. Hasta 1961 no tomó las riendas de la organización el Centro de Atracción y Turismo. Ese año desfilaron siete tamborradas, frente a las 52 compañías, de 45 centros escolares, que lo harán este mediodía. Hasta mediados de los ochenta, las niñas no pudieron salir tocando el tambor y el barril, eso sí, ataviadas de chicos. Desde 2003 ya pueden vestirse de aguadoras.

Algunas novedades

La fiesta de San Sebastián cuenta desde este año con una imagen de marca: un tamborrero ataviado con traje militar. El diseño, de trazo "alegre y divertido", lleva la firma de la marca Cállate la boca. "Hemos intentado hacer un tamborrero universal, que no se identifique con ninguna compañía en concreto para que no haya privilegios", explicaba hace unos días Óscar Casla, encargado del dibujo.

La lista de tamborradas adultas está a punto de alcanzar la redonda cifra del centenar, un número que está más cerca gracias a la incorporación a la fiesta de Casa de Galicia, del barrio donostiarra de Gros. Como Tambor Mayor de esta nueva compañía se estrena Roberto Baptista, quien afronta el estreno tan nervioso como ilusionado. Los integrantes de Casa Galicia pasarán la prueba de fuego a partir de las 13.00, acompañada por la música de la charanga Koxkola.

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