El ocaso de Stoiber
Hace poco más de un año que aún se creía capaz de organizar una revuelta palaciega en Berlín para liquidar a la hoy canciller federal, Angela Merkel, incluso después de las elecciones generales y en plenas negociaciones para la formación de la gran coalición entre CDU/CSU y SPD. Antes había luchado inútilmente, también con muy malas maneras, por derrotar a Merkel en la carrera por la candidatura democristiana a la cancillería.
Son muchos los reveses que ha cosechado Edmund Stoiber, el líder de la Unión Socialcristiana bávara en los últimos años. Pero nadie podía augurarle un final tan bochornoso como el que parece inevitable. La CSU, un partido acostumbrado desde los principios de la república federal a reinar más que a gobernar, y siempre con mayorías absolutas que sólo dan derecho al pataleo a los demás partidos, afronta una revolución interna. Nadie sabe si la CSU de Franz Josef Strauss, aquel "Rey Sol" imbatible, conseguirá sobrevivirla unida. Únicamente la muerte lo separó del cargo y del poder que llegó a considerar su propiedad.
Stoiber ha querido imitarle. Pero los tiempos han cambiado y la política de autoritarismo e intimidación que Strauss dominaba se ha convertido en una trampa letal para Stoiber. Los cuadros del partido le han anunciado en su reunión anual de Bad Kreuth que ha de irse. Sus intrigas y su arrogancia lo han condenado. Ya se antoja ridículo que hace dos días planteara su reelección en 2008. Y ya se descarta que siga de presidente en el congreso de septiembre. Stoiber quiso ser canciller y hoy sólo puede soñar con una retirada digna pero rauda que algunos aún le ofrecen. Sus adversarios dicen que incluso para esto es ya demasiado tarde.
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