Olivas subraya el valor de la unanimidad y se desmarca del conflicto en la CAM

La tormenta política desatada en Alicante no se dejó sentir en la sede institucional de Bancaja, en Castellón, donde la asamblea general de la entidad aprobó por práctica unanimidad la única lista sometida a votación para renovar a diez miembros del consejo de administración y seis de la comisión de control, la mitad de los miembros de cada órgano. Sólo hubo dos abstenciones sobre un total de dos centenares de consejeros generales. José Luis Olivas, presidente de Bancaja, destacó el valor de la unanimidad en la dirección de la entidad y se desmarcó del conflicto en la CAM.

"A pesar de las presiones, el presidente ha sabido mantenerse en su sitio"

Gerardo Camps, consejero de Hacienda, deslizó a media mañana de ayer una amenaza velada hacia los socialistas, a quienes acusó sin contemplaciones de haber propiciado el conflicto desatado a la hora de renovar el consejo de la CAM. "Me temo que el que ha ido por lana va a salir trasquilado", sentenció. Y sugirió que la renovación de los órganos de gobierno de Bancaja podría suscitar algún problema para los socialistas: "Me remito a lo que pueda pasar esta tarde, pero cuando se rompe un pacto, se rompe en su totalidad".

Sin embargo, la asamblea general y las posteriores reuniones del consejo y la comisión de control de Bancaja se desarrollaron con absoluta tranquilidad y sin la más mínima alteración sobre el guión inicialmente previsto. El acuerdo alcanzado sin dilaciones en las Cortes Valencianas para renovar a los representantes de la Generalitat en la asamblea general de Bancaja se respetó escrupulosamente. Más aún, en una breve intervención, José Luis Olivas subrayó el valor de la unanimidad en el seno de los órganos de gobierno de la tercera caja española por volumen de activos y apostó por mantener esa unanimidad, al menos en el futuro inmediato.

"Olivas ha estado muy bien, a pesar de las presiones, se ha mantenido en su sitio y se ha desvinculado de cualquier conflicto", comentó uno de los miembros del consejo.

En cualquier caso, la posibilidad de castigar a los representantes socialistas en Bancaja a raíz de las desavenencias entre sectores enfrentados en el seno del PP era muy estrecha. Una vez incorporados a los órganos de gestión, la diferencia entre ocupar una vicepresidencia o una vocalía sin más es un castigo insignificante en comparación con los daños que podría acarrear a la entidad la falta de sintonía entre sus máximos responsables.

Además, Olivas apenas ha cruzado el ecuador de su mandato y dispone de tres años por delante para ejercer acciones de castigo, si fuera necesario, o mantener una cuidada independencia para ganarse el aval cara a renovar el cargo.

La asamblea general de Bancaja arrancó a media tarde con la renovación de los 106 nuevos consejeros generales elegidos en las cuotas que corresponden a la Generalitat, las corporaciones municipales, los impositores, el personal y las entidades fundadoras.

El nuevo consejo de Bancaja incorpora tres nuevas mujeres y duplica la presencia femenina sobre su composición anterior. Ana María Torres Valero entra en el consejo en representación de las corporaciones municipales; y María Teresa Montañana y Matilde Soler entran en el consejo por la cuota correspondiente a los impositores.

Remigio Pellicer, presidente de Federmueble, es la incorporación más significativa en el nuevo consejo como candidato de consenso por la cuota de la Generalitat, en la que repiten Rafael Ferrando, presidente de Cierval, y Antonio Tirado.