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Begoña Zubero fotografía escenarios de los grandes acontecimientos del siglo pasado

La artista quiere recoger las huellas de los regímenes totalitarios fascistas y comunistas

Durante cinco años, la fotógrafa Begoña Zubero ha recorrido Europa buscando los escenarios de los grandes acontecimientos del siglo XX, en los que los totalitarismos marcaron la vida de millones de personas. El periplo le llevó por Roma, Berlín, Polonia, Moscú y Yerevan, la capital de Armenia, fotografiando espacios cargados de historia y de sufrimiento. Existenz evoca ahora (Aula de la BBK. Elcano, 20; Bilbao) las sensaciones vividas en los edificios emblemáticos de la arquitectura fascista, en las oficinas de la Stasi o en el gueto de Varsovia.

Existenz toma su título de una película del director canadiense David Cronemberg, estrenada en 1999, en la que un videojuego sobre la lucha por la supervivencia sume al espectador en el desconcierto sobre qué es real y qué irreal. Zubero (Bilbao, 1962) defiende que los escenarios que ha elegido para conformar la exposición han visto pasar acontecimientos de un carácter tan extraordinario que el recorrido se convierte en un triunfo de la supervivencia humana.

No hubo en la elaboración de las fotografías una vocación documental, explica la autora, ni tampoco la intención de plasmar las arquitecturas. La colección de cerca de 80 imágenes que componen Existenz quiere rememorar cómo marcaron "la vida de la gente" los acontecimientos más estremecedores del siglo pasado en Europa.

El proyecto de Existenz comenzó en 2001 en Roma. Allí Zubero captó las esculturas del estadio olímpico y la arquitectura de la Exposición Universal, que no llegó a celebrarse por el estallido de la II Guerra Mundial en 1939, que llegan a la exposición en fotografías de gran formato.

Después, la autora buscó escenarios en Alemanía. En Berlín encontró las huellas del nazismo en las gigantescas instalaciones del aeropuerto de Templehoff, la mayor construcción del régimen de Hitler, y las del comunismo en las siniestras oficionas de la Stasi, la policía secreta de la antigua República Democrática de Alemania, hoy perfectamente conservadas y abiertas al público. La muestra permite ver la sala donde Alemania capituló en 1945, así como una serie de fotografías pequeñas tomadas en los campos de concentración de Majdanek y Auschwitz.

En las fotografías de Polonia cambia la estética de la exposición: aparecen los seres humanos y el color. "Es como un cómic", explica Zubero. Las personas presentes en las imágenes han sido pilladas en la calle, en su vida cotidiana, y se enfrentan a edificios y espacios públicos plasmados en blanco y negro que hablan de la destrucción y la reconstrucción de Varsovia, de la desaparición de la mayor parte del gueto y de la posterior aparición de edificios en la época estalinista.

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El color vuelve a desaparecer en las fotografías tomadas en Moscú. En la capital rusa, Zubero fotografió la arquitectura de las vanguardias y, sobre todo, el abandono de las megalómanas construcciones del estalinismo, reconvertidas en ocasiones en mercadillos. La fotógrafa buscó el contrapunto de Moscú en el imperio soviético en Armenia. En su capital Yerevan, a los pies del monte Ararat, encontró las obras del estalinismo suavizadas por las formas orientales y la tradición armenia.

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