Precisiones

Hago referencia al artículo Colombia, una esperanza a pesar de todo, firmado por el señor Jordi Borja, y publicado el 26 de diciembre. Comparto plenamente la condena que el autor hace del mal llamado paramilitarismo. También es reconocido de todos que una muy buena parte de sus líderes cayeron en la financiación y/o apoyo del narcotráfico. Es cierto también que la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General de la Nación adelantan investigaciones sobre la posible conexión entre algunos parlamentarios que han dado su apoyo al Gobierno con los mal llamados paramilitares.

Pero se le olvida al señor Borja quizás lo más importante, y es que el señor presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez ha pedido, de manera contundente, claridad completa a los organismos de la justicia sobre la eventual complicidad entre cualquier miembro del Gobierno y los grupos irregulares. Lo mismo ha pedido de manera inequívoca con quienes conforman los partidos que lo apoyan.

No menciona el señor Borja que en el Gobierno del presidente Uribe se han desmovilizado 35.174 miembros de las autodefensas, se han capturado 12.702 y 1.441 han sido dados de baja, y que, por supuesto, no ha habido diferencia a la hora de combatirlos, con todo el peso y la legitimidad del Estado de derecho, tanto a ellos como a los terroristas de la guerrilla.

Más importante aún, no menciona que, por iniciativa del Gobierno, el Congreso Nacional aprobó la Ley de Justicia y Paz, mediante la cual se permite a los grupos armados al margen de la Ley, llámense guerrillas o autodefensas, someterse al proceso de reinserción siempre y cuando cumplan con las obligaciones de verdad, justicia y reparación. En desarrollo de esta ley, 10.000 miembros de las autodefensas se han sometido.

Hasta el presente, el sometimiento de los insurgentes en Colombia se había hecho a través de indultos y amnistías. Es claro que ahora se trata de un proceso de verdad, justicia y reparación sin precedentes, del que saldrán verdades dolorosas sobre la participación de algunos empresarios, con seguridad también algunos miembros de las fuerzas armadas, de policía y de la inteligencia, políticos, propietarios de tierras y campesinos, bien sea como víctimas de los crímenes o como cómplices o perpetradores de los mismos.

Respecto de la falaz afirmación de que la señora canciller de Colombia "ha intervenido ante la cúpula de la judicatura a favor de su hermano", quiero expresarle que la canciller, como es apenas elemental, lo que hizo fue verificar directamente a través de la autoridad competente si existía o no una investigación judicial contra su pariente, cosa bien distinta de tratar de influir sobre la justicia.

Por último, quiero decirle al señor Borja que gracias a la decisión del pueblo colombiano se ha podido refundar un Estado que era prácticamente fallido, fortalecer la ley y ejercer la autoridad. Ello y algunas otras razones nos han permitido un crecimiento económico, que va a redundar en lo social, cercano al 6%. Los colombianos hemos recuperado la esperanza.