Landis subasta 'whisky'
El estadounidense abre una cuestación por Internet para financiar su defensa en los procesos por dopaje
Se podrá pensar lo que se quiera de Floyd Landis, pero nadie podrá negar sentido del humor al ganador del último Tour, caído en desgracia tras resultar positivo por testosterona sintética.
A los pocos días de hacerse pública la noticia de su positivo, Landis, estadounidense surgido de una granja menonita en el corazón de Pensilvania, ofreció, en una conferencia de prensa en Madrid, diferentes posibles razones para su positivo. En ningún caso, prometió, se debió a que hubiera recurrido a la testosterona para doparse y ganar el Tour. Una de las que esgrimió fue que la noche anterior a la etapa de marras -una noche de depresión, mal humor y tristeza, ya que pensaba que había perdido el Tour con una pájara súbita- se había bebido unos cuantos chupitos de Jack Daniel's, famoso whisky de Tennessee.
Ha sido citado por la agencia antidopaje francesa para el próximo 8 de febrero
Tales fueron las críticas, los sarcasmos y las ironías generadas por tal boutade que Landis no tuvo más remedio que desdecirse y pedir perdón, pero no por ello ha dejado de pensar en los virtuosos valores del licor de Tennessee, como lo demuestra el guiño simbólico con el que concluyó la semana pasada un acto organizado para recaudar dinero y pagarse su defensa. Fue en un cine de Arlington, en las afueras de Washington. Hubo una charla, preguntas, risas y aplausos. Y todo terminó con una rifa y una subasta. Por un maillot firmado sacó 700 dólares. Por una botella de Jack Daniel's, también autografiada, uno de sus fans apoquinó 350.
Landis, de 31 años de edad, ha convertido su defensa en una verdadera cruzada moral con la que quiere poner en solfa todo el sistema de las justicia deportiva mundial y la, según él, antidemocrática y cerrada manera según la cual la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) dirige la lucha contra el doping en el mundo. Para ello, Landis, a quien Dios ha podido conceder el talento para andar en bicicleta, pero no el don de la palabra fluida, se ha convertido en un misionero que, a través de la prensa, a través de contactos con lobbies de congresistas en Washington y a través de sus abogados, fustiga la injusticia de su situación.
Para ello Landis, que tampoco es pobre, necesita financiación. Y para ello ha puesto en marcha en Internet una cuestación a través de la triple F, la FFF, una organización que responde, en inglés, a Floyd Fairness Fund (Fondo de la Justicia de Floyd) y cuyo objetivo es recaudar unos dos millones de dólares que le sirvan al ciclista para luchar contra todos aquéllos -laboratorios, organizaciones antidopaje, personajes- que cree que le han condenado antes de dejarle defenderse.
Landis, que achaca su positivo a la ineptitud del laboratorio de París que analizó su orina, se siente víctima de un Código Mundial Antidopaje que ha establecido como norma la responsabilidad objetiva y que se resume en que cualquier deportista que resulta positivo en un control es culpable hasta que no se demuestre lo contrario. Es decir, que es a él a quien corresponde la carga de la prueba de su inocencia.
El primer frente disciplinario le espera a Landis en París el próximo 8 de febrero. En Francia, la agencia antidopaje propia tiene potestad para sancionar por su cuenta a todos los deportistas que den positivo en su territorio y no delega este poder como ocurre en otros países en la federación deportiva internacional que regula la prueba en cuestión. Y, aunque las decisiones de este organismo sólo tienen validez en territorio francés, una suspensión sería terrible para Landis porque le privaría de participar en el próximo Tour, el único sueño que le mueve ahora.
Seguramente, una sanción del organismo francés no bastaría para privarle, de todas maneras, de la victoria en el pasado Tour. Para ello sería necesario que la Unión Ciclista Internacional (UCI), que ha delegado el proceso de su expediente en la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), lo suspendiera. Para ello aún falta bastante tiempo. Aunque la USADA, que verá su caso a través de un panel arbitral a finales de febrero, lo suspendiera, aún le queda a Landis el recurso al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
Visto tal laberinto esperando a Landis, muchas personas serán las que envíen donaciones a la triple F, pero no parece probable que una de ellas sea Dick Pound, el presidente de la AMA y auténtico azote del dopaje, quien en sus últimas entrevistas en diversos medios no se ha privado de atizar a Landis con sus ocurrencias verbales. En una de ellas lo bautizó como Roid (de esteroid: la testosterona es un esteroide) Landis; en otra, comentando su anormal y elevada tasa de testosterona el día de su positivo (11/1), Pound dijo: "Sabiendo eso, uno piensa que debería estar violando a todas las vírgenes en 100 millas a la redonda".
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