Un buen año para los consagrados
Las ventas de La Oreja de Van Gogh y el aumento de las autoediciones destacan en el repaso a los discos publicados en 2006
Aunque La Oreja de Van Gogh no pertenece al catálogo de una empresa vasca, sino al de la multinacional SONY-BMG, no se puede abordar un repaso a los discos editados en 2006 sin destacar Guapa, que ha sido el más vendido en España. De la cuarta entrega de estudio del quinteto donostiarra se han vendido en España 600.000 ejemplares, y casi otros 300.000 en el resto del mundo. Junto a ése destacan otros datos, como que Fito & Fitipaldis, que ha despachado más de 200.00 copias de Por la boca vive el pez, se convirtió en septiembre, según Last Tour International, su agencia de representación, en "la primera banda nacional que sitúa al mismo tiempo toda su discografía de estudio entre los 100 discos más vendidos en España".
En 2007 se prevé un retroceso en la venta de discos por el efecto de la música gratuita
Álex Ubago, su compañero de sello en Dro Atlantic, filial de Warner Music, ha cosechado un disco de platino en España y uno de oro en México con Aviones de cristal. Mientras, Mikel Erentxun ha obtenido menos repercusión con El corredor de la suerte, y Diego Vasallo, su ex compañero en Duncan Dhu, aún mucha menos con Las huellas borradas 2000-2006 y La máquina del mundo, fusión de su música y la poesía de Roger Wolfe. Desde un sello independiente madrileño Mushroom Pillow, Standard también ha logrado cierto calado con 3.000v - 40.000w, debut recompensado con el premio Ojo Crítico de Radio Nacional de España "por renovar con imaginación la música pop independiente".
Ellos siguen siendo cabezas visibles de la música vasca, pero la industria autóctona no ha parado de editar discos con escaso calado fuera de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra. Brixton Records seguió su especialización en sonidos jamaicanos y AusArt engrosó su catálogo con corales, música clásica y de cámara en un año en que se han puesto en circulación discos de artistas asentados como Ruper Ordorika, Kepa Junkera, Bide Ertzean, Rafa Rueda, Karidadeko Benta, Pantxoa eta Peio, Atom Rhumba, Urgabe, Juan Carlos Pérez, Betagarri y Doctor Deseo.
Y, pese a lo sombrío que se adivina el horizonte para la industria discográfica, también han llegado al mercado nuevos artistas. Sharon Stoner, Sexty Sexers, Atomoog, Mugaldekoak, Mahaster River, Conxita y Mikel Aranzabal debutaron con Gaztelupeko Hotsak. Killministers, Itaka, Korrontzi y Noizean Behin se estrenaron con Baga-Biga, Sugan lo hizo con Elkar, Chico Boom con GP Records y Harrobi con Babelmusik.
No han faltado estrenos, pero ninguno ha logrado un boom de ventas como el que en su día propulsó a Gozategi. Ni ha alcanzado la menor repercusión lograda en su día por colegas como Ken Zazpi o Gatibu. "Hay muy buenos grupos entre los artistas primerizos, pero para que un disco alcance el boom tiene que tener espacio y no es fácil. Es difícil que las radios programen a un primerizo, por ejemplo. Y a veces me da la sensación de que el mercado está demasiado acaparado por los dinosaurios", lamenta Ubane Uzin, responsable de Gaztelupeko Hotsak.
Ritxi Aizpuru, director de Oihuka, un sello que el pasado año avaló los estrenos de Ehiztari, Potemkin y Une, tiene su propia teoría: "Puede que no sea un problema de falta de creatividad, sino de falta de carisma, de falta de liderazgo en casi todos los grupos de Euskal Herria. Hace 15 o 20 años había gente que comunicaba, muchos frontman, gente con una personalidad impresionante, y hoy la gente se esconde en los propios grupos, no se quiere sentir tan protagonista o no hay madera para ser como Evaristo (La Polla Records, Gatillazo) o como Carlos Mahoma (R.I.P.), que con una frase en el escenario hacían bullir a la gente. Y esta es una sociedad donde la gente necesita ídolos", explica Aizpuru, para quien actualmente hay bastantes grupos que logran "repercusión mediática, pero no de ventas".
A falta de datos definitivos referidos a lanzamientos y ventas, se puede destacar la tendencia detectada entre las novedades presentadas en la 41ª Feria del Libro y del Disco Vasco de Durango, que aumentaron un 33% respecto a 2005. Eso no quiere decir que la coyuntura haya mejorado para las empresas, ya que según Anjel Valdés, presidente de la Asociación de Discográficas Vascas, en 2006 "el mercado ha bajado entre un 10 y un 12 %", lo que deja entrever un aumento del número de autoediciones, una modalidad arriesgada por la que han optado artistas tan conocidos como Fermin Muguruza, Joseba Tapia, Juan Carlos Irizar y Oreka TX.
Mientras, en el folk se ha detectado cierta balcanización, merced a las influencias del este europeo asumidas por grupos modernos como Karidadeko Benta, proyecto comando por el bertsolari Jon Maia, y Sagarroi, banda encabezada por Iñigo Muguruza.
De cara a 2007 ya está confirmada la edición de nuevos álbumes de, entre otros, Keu, Txuma Murugarren, Petti, Sexty Sexers, Señor No (con Roy Loney), Rockzilla, Idi Bihotz (en directo), The Uskis y Etxe. Para ellos será toda una proeza superar la barrera de los 5.000 discos vendidos. "En cuanto a la venta, todo está cabizbajo. Y concretamente el pop rock cada vez va a dar menos venta, porque ahí está la música gratuita", asegura Aizpuru.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.