Un año de bonanza

La economía peruana ha cerrado uno de sus mejores años de la década. El país ha crecido un 7,5%, la mejor cifra desde 1995, mientras que su inflación ha caído al 1,1%, la más baja en cinco años. El despegue del valor de sus principales exportaciones (cobre, zinc, oro) y el crecimiento de la inversión extranjera han disparado el consumo interno y consolidado sus cuentas fiscales.

El paro ha caído desde el 10,1% en 2005 hasta el 8,8%, si bien se observan altas tasas de temporalidad y un problema de salarios bajos

Durante los 10 primeros meses de 2006, las exportaciones mineras han crecido un 52,7% con respecto al mismo periodo de 2005

Los últimos datos oficiales indican que la economía peruana creció el año pasado un 7,5%, la mejor cifra en 11 años y superior en un punto al registro del año 2005. La autoridad económica ha explicado que este alza sostenido del PIB, que deja atrás un año de fuertes disputas electorales y de incertidumbres en el inversor, se debe principalmente al despegue de sus exportaciones, un crecimiento de la inversión extranjera y la consolidación del consumo interno.

La economía peruana se ha beneficiado principalmente del elevado precio de las materias primas y de sus principales exportaciones. Perú, el tercer exportador mundial de cobre y zinc y el quinto de oro, se ha visto beneficiado por la elevada demanda de las economías más grandes del mundo, como China y Estados Unidos. Durante los primeros 10 meses de 2006, las exportaciones mineras -60% de los envíos- han crecido un 52,7% en relación con igual periodo del año anterior.

De esta manera, el superávit comercial peruano ascendió hasta los 8.546 millones de dólares (6.629,4 millones de euros), un crecimiento del 38% respecto del año anterior. De esta manera, el país ha consolidado el orden de sus cuentas públicas alcanzando un superávit fiscal de 1,6% del PIB, el mejor nivel desde 1970, según el ministro de Economía de Alan García, Luis Carranza. Del mismo modo, la recaudación tributaria creció en un 25% el año pasado en comparación con el año anterior. El PIB de Perú alcanza los 180.000 millones de dólares (139.632,3).

Este crecimiento, además, se ha producido en un contexto de control de la inflación. Este indicador se situó en el 1,14% en 2006, el más bajo registrado en los últimos cinco años, según los datos del instituto de estadística local (INEI). El dato está por debajo de las estimaciones del Banco Central y representa una caída respecto del 3,5% registrado en 2005. Todo ello en un contexto de crecimiento de la demanda interna, que aumentó un 10,1% durante el tercer trimestre de 2006, y de recuperación del empleo.

Los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que el paro en Perú ha caído desde el 10,1% en 2005, hasta el 8,8% en 2006, mientras que la tasa de desempleo en la capital, Lima, se mantiene en el 8,5%. No obstante, se advierte de las elevadas tasas de temporalidad de la economía y de los problemas de los salarios, "los más bajos de Latinoamérica", según reconoció la ministra de Trabajo, Susana Pinilla.

La inversión extranjera también ha sido uno de los motores del crecimiento. Los datos oficiales indican que la inversión privada interna creció en 2006 un 16% frente a 2005, y se situó en el 21,1% del PIB. Para este año, la inversión pendiente en infraestructura es de 20.000 millones de dólares (15.514,7), básicamente en carreteras, electrificación y saneamiento. Perú ofrece a las empresas extranjeras una baja carga impositiva y costes laborales reducidos.

Las previsiones de esta economía para este año no son menos alentadoras. Una reciente encuesta del Banco Central entre agentes económicos señala que el PIB debería crecer sobre el 6,3%, mientras que la inflación debería fluctuar entre un 1,85% y un 2,23% anual a finales de 2007. Si estas previsiones se cumplen, Perú lideraría por segundo año las cifras de crecimiento de la economía de Latinoamérica.