Con la mirada puesta en EE UU
El FMI pronostica un crecimiento mundial del 4,9%, aunque el crudo y la evolución estadounidense amenazan la economía
Estados Unidos volverá a definir buena parte de la marcha de la economía este año. La caída en la producción y sus déficits gemelos será un factor determinante para el desarrollo del comercio internacional. El FMI, mientras, ha pronosticado un crecimiento del PIB mundial del 4,9%, gracias al buen desempeño de la economía europea, el despegue de los países emergentes y la consolidación de Japón. Los riesgos siguen siendo los precios del crudo, los excesivos proteccionismos y un riesgo inflacionista latente.
La bonanza china estará acompañada de la consolidación de Rusia, India, Brasil y Japón, la segunda economía del mundo
De la demanda de EE UU depende el 16,5% de las importaciones mundiales de mercancías y el 12,2% de los servicios
¿Qué deparará 2007 para la economía mundial? El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pronosticado un crecimiento del 4,9% por debajo del 5,1% registrado en 2006, pero manteniendo la media registrada en el último lustro. Una cifra que, según los diferentes analistas, bancos de inversión y organismos internacionales, estará condicionada por la marcha de Estados Unidos, pero también por la recuperación de Japón, la consolidación de Europa y el fuerte tirón del consumo de China, que seguirá ganando posiciones para consolidarse como la cuarta economía del mundo.
En su última reunión, los bancos centrales de los países más industrializados del mundo (G 10) pronosticaron que el crecimiento económico mundial se mantendrá estable en 2007 y que los riesgos para la economía global derivados de la ralentización económica de Estados Unidos son "limitados", un diagnóstico que comparten el FMI y la OCDE. No obstante, los menos optimistas, entre los que se incluyen las Naciones Unidas, señalan que la ralentización de la economía estadounidense es un riesgo real. En su último informe, el FMI pronostica que el PIB de Estados Unidos se ha elevado un 3,4% en 2006, y que lo hará un 2,9% este año, una cifra que el economista Joseph Stiglitz reduce hasta el 2%.
Las cifras oficiales señalan que la construcción de viviendas en Estados Unidos se redujo un 9% en noviembre, y que 2006 cerró con aumento del 14% en el número de viviendas terminadas sin vender. A esta caída en el consumo, que se mantendrá durante este año, se suma el crecimiento del déficit fiscal, que en 2006 totalizó 247.700 millones de dólares. El otro problema es el continuo crecimiento del déficit comercial, que durante el tercer trimestre del año pasado llegó hasta los 225.000 millones (equivalente al 6,8% de la economía) y que en 2007 podría superar el 7%. El problema para el comercio mundial viene dado por una restricción de la demanda de Estados Unidos, de la que depende el 16,5% de las importaciones mundiales de mercancías y el 12,2% de los servicios.
De esta manera, el efecto potencial en el resto de los países del mundo, especialmente en Latinoamérica, Asia y buena parte de Europa, podría ser importante. El efecto del déficit fiscal y comercial también podría forzar una depreciación del dólar -que ha perdido un 10,2% de su valor en comparación con el euro durante el año pasado- y tener un efecto negativo en los países asiáticos como Japón, China y Corea del Sur, que son los mayores compradores de bonos del Tesoro de Estados Unidos. La Reserva Federal ha dado síntomas de que en 2007 los tipos no crecerán excesivamente, lo que le quitaría fortaleza al dólar.
Pero Estados Unidos no es el único peligro para el crecimiento de la economía mundial en 2007. El precio del petróleo sigue siendo una amenaza latente, principalmente por la inestabilidad de Oriente Próximo, las eventuales restricciones de Rusia, la crisis política de Nigeria y las tensiones en Venezuela. Tanto la OCDE como el FMI advierten de los riesgos del petróleo para economías industrializadas como la europea, que no cuenta con recursos propios.
El tercer gran problema para la economía mundial seguirá siendo el riesgo latente de la inflación. El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, advirtió hace unas semanas de la amplia liquidez global y, como consecuencia, de la existencia de presiones inflacionistas. La insistencia de Trichet en las presiones alcistas sobre los precios y en la consolidación económica de los países más industrializados hace pensar a muchos expertos que la tendencia de los tipos de interés durante este año será alcista, por lo menos en la zona euro, donde los tipos se mantienen en un 3,5%, y en Asia, donde Japón continuará aumentando sus tasas hasta el 0,5%.
No obstante, muchos analistas indican que esta rigidez monetaria podría poner freno al tirón de la economía mundial. El crecimiento de la inflación se ha reducido desde el 30% anual a comienzos de los años noventa, hasta menos del 4% en la actualidad, una cifra que se reduce a la mitad en la Unión Europea. Una situación que da cuenta de excesivas aprensiones de los bancos centrales. Estas subidas en los tipos de interés podrían afectar también a los intercambios comerciales de las economías latinoamericanas, que realizan gran parte de su comercio con los países más industrializados.
Ronda de Doha
Precisamente, el comercio mundial será otro de los temas que se podría resolver durante este año, intentando sacar adelante la Ronda de Doha para liberar los intercambios globales y, en especial, desbloquear los subsidios agrícolas de EE UU y la UE.
La gran noticia del año seguirá siendo el comportamiento de China, que, a pesar de sus restricciones por riesgos de sobrecalentamiento, avanzará a paso firme con la intención de superar a Alemania como la tercera economía del mundo. Con tasas de crecimiento de dos dígitos que en 2007 volverán a estar sobre el 10%, el país asiático comienza a tomar el testigo del consumo mundial. Su alta demanda de materias primas, electricidad y servicios lo han convertido en el importador del 6,2% del comercio de bienes y del 3,6% de los servicios del mundo.
A diferencia de Estados Unidos, la balanza comercial de China logró en 2006 un superávit del 7% -el segundo más elevado del mundo, después de Alemania-, una cifra que se repetiría este año. Un reciente informe del Gobierno chino señala que el superávit comercial con Estados Unidos y con la UE podrá alcanzar los 178. 200 millones y 133.100 millones de dólares, respectivamente. Las importaciones y exportaciones han crecido el año pasado también una media del 21%, mientras que el Gobierno espera que esta cifra se mantenga en el 10% durante los próximos cinco años.
La bonanza china estará acompañada además de la consolidación de Rusia, India, Brasil y Japón, la segunda economía del mundo que, por segundo año, dejará atrás su crónico problema de deflación y crecerá hasta el 2,1%. Gracias al tirón de los precios del crudo, la economía rusa crecerá en 2007 en cifras cercanas al 7% y con una inflación por debajo del 10%. India consolidará su posición como proveedor de tecnologías en el mundo, reduciendo sus alzas de PIB desde el 8,3% de 2006 hasta el 7,3%. Brasil se recuperará de sus tensiones actuales y consolidará su industria local hasta crecer un 4%, cuatro décimas más que el año pasado.
Por su parte, la economía de Latinoamérica crecerá un 4,7% este año, según las cifras preliminares de la CEPAL, tras elevar su PIB un 5,3% el pasado curso. Tanto CEPAL como el Banco Mundial advierten de que el crecimiento de la región dependerá en gran medida de los resultados de la Ronda de Doha, la evolución de los precios del crudo y de las materias primas y los tipos de interés. El FMI también ve un mayor flujo de capitales de inversión privada en 2007 en Latinoamérica.
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