El grupo Cujo pone fin a su carrera después de doce años

Cujo, uno de los grupos vascos que mejor ha combinado distorsión y melodía, furia e intensidad rockera y cierta sensibilidad pop, ha decidido separarse tras doce años en los escenarios. El cuarteto de Getxo ofrece su último concierto hoy en Gorliz, en la sala Xurrut, el local que a finales de 1994 acogió también su primera actuación. Ese día compartió escenario con Vancouvers, pero mañana lo hará con Aterkings, quinteto de Markina que promociona Aterqueens, su segundo álbum.

"Primero tocaremos unas canciones con Nacho [Beltrán] y luego otras con Gurru, los dos baterías que hemos tenido, repasando todos los discos. Y hemos invitado a colegas y gente de otros grupos para que hagan canciones nuestras a su bola", adelanta Alfonso Arana, guitarrista, compositor y cantante de Cujo. Ya están confirmados El Inquilino Comunista, John Wayne, McEnroe y Gringo entre quienes adaptarán temas del cuarteto como fin de fiesta.

Ellos serán los invitados especiales en una despedida justificada por las otras motivaciones, al margen de la música, de algunos componentes del grupo. Cuando desenchufen amplificadores y micrófonos, habrán quedado atrás una docena de años llena de diversión, ilusiones cumplidas y escasa suerte comercial. "Nunca hemos hecho dos discos iguales. Hemos sido sólo un grupo de rock, con discos más o menos agresivos, punkis, ruidosos o limpios", señala Arana. A su juicio, su último disco (Songs for the afterworld) ha sido el mejor, apesar del escaso eco obtenido.

Con la separación de Cujo, que ha grabado tres álbumes y otros tres EPs prácticamente se desvanece el último vestigio del llamado Getxo Sound. Era el último superviviente constante de una época, la de la explosión indie en España.