Sin manos que recojan la fresa

Con las fresas asomando ya de los brotes, los agricultores onubenses se preguntan quién recogerá los frutos de esta campaña. El principal país exportador de mano de obra contratada en origen, Rumania, ha puesto en serios apuros a los productores al no permitir la contratación de los 10.000 trabajadores que habían solicitado los agricultores. Sólo 3.198 llegarán a Huelva para trabajar en la campaña, que en febrero ya estará a pleno rendimiento. La preocupación entre las asociaciones productoras agrícolas de Huelva es creciente y las alternativas planteadas como el aumento de los cupos de trabajadores de otros países (Marruecos y Bulgaria), o la búsqueda de nuevos territorios en donde encontrar mano de obra, como Senegal, no convence a todos. Ayer llegó el primer contingente de recolectoras polacas a Huelva.

A pesar de su reciente entrada en la Unión Europea, persiste la restricción al acceso al mercado de trabajo en España de los ciudadanos rumanos, por lo que hay que contratarlos en sus lugares de origen. La principal organización de productores freseros de Huelva, Freshuelva, volvió en diciembre de Rumania casi con las manos vacías. De los 4.542 trabajadores que pensaba contratar en aquel país, sólo ha logrado traer a 1.374. La misma respuesta encontraron las otras organizaciones agrarias, Asaja, COAG y UPA. En total, los agricultores habían pedido unos 30.736 trabajadores (entre contratados en origen y repetidores de otras campañas) procedentes en su mayoría de Rumania, pero también de Bulgaria, Marruecos, Ucrania, Ecuador y Colombia.

El subdelegado del Gobierno en Huelva, Manuel Bago, reconoce que, de los casi 14.000 rumanos que en un principio se reclamaban para trabajar en la campaña que comenzará en febrero, hubo que rebajar la cifra a 10.000, "por petición de las autoridades rumanas". Cifra que tampoco se ha cubierto, ya que sólo se ha conseguido contratar a 3.198 trabajadores para viajar a Huelva.

¿Qué ha ocurrido para que la obtención de mano de obra, tan fácil otros años, haya encontrado semejantes trabas gubernamentales en Rumania? Bago afirma desconocer las causas exactas de esta reducción, pero sospecha que una de las razones principales sea la entrada de Rumania en la Unión Europea el 1 de enero. "A partir de ahora van a empezar a recibir fondos y ayudas importantes, por lo que no les interesa exportar una mano de obra que les va a resultar muy útil", explicó ayer el subdelegado del Gobierno.

El año pasado, algunas asociaciones agrícolas ya se quejaron de problemas para contratar en origen en Rumania, aunque finalmente se cumplieron los cupos acordados. Una de ellas fue Asaja, que desde hace dos años alerta sobre trabas e impedimentos para contratar en Rumania. "Pero nunca como en esta ocasión" afirma su presidente en Huelva, José Luis García Palacios. El responsable de esta asociación ejemplifica la laxitud de las autoridades rumanas para informar a sus ciudadanos de la disponibilidad de trabajo en España. "Las autoridades rumanas son las encargadas de informar a las personas con el perfil que nosotros pedimos de que existe trabajo en España. Entonces, a lo largo de una semana, realizamos una preselección en Bucarest. Todos los años se presentaban más de los que pedíamos. Este año, vinieron muchos menos, no llegaron al 30%, por lo que ni siquiera ha habido selección. Yo creo que las autoridades rumanas no han informado bien a sus ciudadanos", dice García Palacios.

Una historia muy parecida cuenta Eduardo Domínguez, encargado de Inmigración de COAG en Huelva. "Antes, las colas salían de las oficinas que instalábamos; este año, apenas venían 50 personas por día". Ambos responsables agrarios temen seriamente por esta campaña. En opinión de Domínguez, si no se soluciona la mano de obra, los agricultores tendrán que recoger la fruta "como sea" porque la inversión de capital para esta campaña "ya se ha hecho".

Ante este panorama, las asociaciones y los responsables políticos están buscando alternativas para cubrir el déficit de entre 7.000 y 8.000 trabajadores que calculan. El alcalde de Cartaya, el socialista Juan Antonio Millán, señaló que esa situación ha llevado a la Secretaría de Estado de Inmigración, dependiente del Ministerio de Trabajo, a preparar nuevos convenios de colaboración con otros países como Ucrania y Bulgaria.

Las asociaciones también barajan la posibilidad de ampliar el cupo de trabajadores de Polonia ya que, al estar integrada plenamente en la UE, sus ciudadanos pueden ser contratados libremente. Incluso se estudia la posibilidad de acudir a nuevos países del África subsahariana como Senegal. Pero por ahora, Marruecos parece la solución más viable. El mismo Millán viajó a Casablanca el viernes para preparar la contratación en origen de jornaleros marroquíes con el objetivo de garantizar mano de obra agrícola.