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Reportaje:

Una noche en vela por ser europeos

Cientos de rumanos y búlgaros guardan largas colas en Madrid para lograr la tarjeta de residencia

Lydia Neagu, de 21 años y embarazada de ocho meses, y su esposo Florín Mozoc, de 24, que residían de manera ilegal desde hace tres años en Alcalá de Henares, estuvieron ayer esperando desde las seis de la mañana hasta las 11 para poder ser atendidos en ventanilla de la Comisaría General de Extranjería, situada en la madrileña calle de General Pardiñas. Los dos han sido citados de nuevo para el próximo día 15, fecha en la que podrán entregar los formularios cubiertos con los datos necesarios para su posterior legalización.

Varios miles de rumanos y búlgaros residentes en la comunidad de Madrid, la mayoría ilegales, colapsaron ayer los servicios de atención al público de esta comisaría en busca de la tarjeta de régimen comunitario que les permite estar de manera legal en nuestro país y en la UE. Muchos de ellos, incluso familias con niños pequeños, habían acudido en la noche del pasado domingo, con colchones, a las puertas de la comisaría, para guardar sitio en la cola, lo que requirió la presencia de policías para evitar problemas. A lo largo de la mañana de ayer se produjeron desmayos entre varias personas que permanecían sin dormir y sin comer.

El falso rumor de que habría cupos de legalización ha causado la afluencia masiva

Ayer había 1.000 historias para elegir. Como la de Vasile Joan, rumano de 24 años, que acompañaba a ocho miembros de su familia para su legalización. Todos durmieron la noche del domingo en un coche, a la espera de poder entrar en la comisaría. O la de Silvestre Paul, también rumano, de 32 años, que trabaja de forma ilegal en Coslada. Desde el pasado día 1 de enero, las personas procedentes de las repúblicas de Bulgaria y Rumania son ciudadanos de la Unión Europea y por tanto pueden obtener en nuestro país la tarjeta comunitaria, que, sin embargo, no les facilita poder trabajar por cuenta ajena hasta enero de 2009.

La falta de información al respecto provocó el pasado día 2 y el 5 una avalancha de rumanos y búlgaros a las puertas de la Comisaría General de Extranjería, pero ayer fue cuando se registró el mayor número de visitas. El Ministerio del Interior repartió ayer unos panfletos en rumano a las puertas de la comisaría en los que informaba de que todos los rumanos y búlgaros pueden entrar, salir y permanecer en nuestro país sin visado y tan sólo con la carta nacional de identidad o el pasaporte. Para residir, estudiar o trabajar por cuenta propia no es necesario que estos obtengan tarjeta de residencia, y que los que tienen este documento no necesitan cambiarlo.

El propio jefe del servicio de documentación de extranjeros, Carlos Olavide, junto con más personal de la comisaría informaba ayer a pie de calle a todos aquellos que desconocían las singularidades de la tarjeta comunitaria, y hoy será puesto a disposición del colectivo de inmigrantes un intérprete de rumano.

A partir del viernes se ampliará el horario de atención a rumanos y búlgaros. La comisaría para extranjeros incrementará la atención al público en un 40%, con especial atención a las tramitaciones de expedientes.

"Todo el que venga aquí, será legalizado, sin cupo", afirmó el responsable de extranjería de la Comisaría General. El falso rumor entre el colectivo de rumanos y búlgaros de que habría cupos restrictivos para la legalización ha sido el detonante de la masificación de estos días a las puertas de la comisaría.

Cientos de rumanos y búlgaros esperan su turno ante la Comisaría General de Extranjería de Madrid.
Cientos de rumanos y búlgaros esperan su turno ante la Comisaría General de Extranjería de Madrid.LUIS MAGÁN

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