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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La convivencia diaria como regalo

Un buen amigo me comenta estos días un gran descubrimiento. Se ha organizado mejor para ajustar su ya denso horario laboral y así poder estar más tiempo con su esposa e hijos. No todo han sido más horas de atenciones y cuidados, también pudo disfrutar con intensidad del tiempo libre en familia.

El descubrimiento-conocimiento, en esos días, de algo tan trivial como el color del cepillo de dientes de su hija pequeña -asunto muy importante para la niña- le animó a reflexionar sobre otros muchos detalles relacionados con los demás. Detalles vistos y vividos al momento, in situ, ilusiones y dificultades de cada uno, trato directo. Aparecen al detalle las aficiones, cualidades, inquietudes y necesidades de todos; también de él mismo, que es capaz de mostrar una paciencia infinita para ayudar a montar un barquito de juguete, ensayar teatro con la hija mayor o cocinar casi al gusto de todos.

Pues bien, ¿verdad que es en la intimidad familiar donde podemos adquirir con más naturalidad la valentía de mostrarnos como somos? En esa convivencia encontramos mil ocasiones para ayudar y dejarnos ayudar. Cada miembro de la familia es querido por sí mismo, no por sus perfecciones, edad o capacidades. Todos muestran la alegría de ser comprendidos. Ese ambiente facilita el ejercitarse en cualquier reto personal. ¿Cómo lo veis vosotros?

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Seguro que todos buscamos la autenticidad de nuestros adolescentes y jóvenes, y la nuestra propia. He aquí un medio, pues la presencia de los otros es regalo y tarea para todos.

Tan es así que, ante las desavenencias que pueden aparecer dentro de la familia, somos capaces de encontrar la parte amable del otro e incluso dar cauce ancho a sus potencialidades, descubrir virtudes, ¿No os parece un genial fundamento e inicio de la vida social de las personas?

En esa trabajada convivencia familiar, no sólo educaremos con las palabras, sino también con la propia vida. El tiempo que dediquemos a quienes conviven con nosotros, empezando por los más necesitados, será el mejor regalo que podemos ofrecerles. Y, por supuesto, sabremos de qué color es el cepillo de dientes de la peque o el peque de la casa.

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