Ségolène Royal reclama al Gobierno de Pekín que respete los derechos sociales
La candidata socialista francesa defiende la protección del medio ambiente en su visita a China
Ségolène Royal, la candidata socialista a la presidencia de la República francesa, ha iniciado un sorprendente viaje a China. Sorprendente por la modestia de las personalidades políticas con las que se ha entrevistado y por el hecho de que la mayor parte de declaraciones de la candidata han girado en torno a los problemas ecológicos. "Si se desea un desarrollo armonioso para el planeta y que no haya competencia destructora de empleo, incluido en Francia, hay que conseguir que sean aplicadas las reglas sociales y de respeto al medio ambiente, tal y como se han comprometido países como China".
Ségolène Royal utilizaba en este caso, y de manera literal, el objetivo oficial fijado por las autoridades chinas de instaurar una "sociedad armoniosa".
"Hay que relacionar el desarrollo económico, la protección del medio ambiente y el desarrollo de los derechos sociales", respondió Royal a quiénes reclamaban de ella declaraciones explosivas sobre la cuestión de los derechos humanos. "Cada vez que progresa el respeto al medio ambiente, progresan también los derechos sociales y los derechos individuales". Acompañada del abogado Jean-Pierre Mignard, que desde 1989 se ha ocupado de la defensa de varios ciudadanos chinos que participaron en las protestas de la llamada primavera de Pekín de 1989. "Las profesiones que participan a la defensa de los derechos humanos, como los abogados o los periodistas, tienen que ser protegidas", dijo Royal y expuso a los interlocutores chinos con los que se entrevistó.
Una visita al domicilio de una familia armoniosa organizada por el poder le permitió recibir un regalo simbolizando la "longevidad y la prosperidad". Luego acudió a un debate con delegadas de los millones de jóvenes campesinas que se han emigrado a la ciudad.
El día antes Ségolène Royal, embutida en un largo abrigo blanco y la cabeza cubierta de un pañuelo de idéntico color, se paseó durante unos pocos minutos por la Gran Muralla. Recordó que, en 1981, pocos meses antes de ser elegido presidente, François Mitterrand también viajó hasta la Gran Muralla. "No sé si la historia se repite pero el símbolo es bello, un símbolo del tiempo, del esfuerzo mantenido en las largas carreras", dijo al tiempo que le quitaba importancia al hecho de que, dos años atrás, Nicolas Sarkozy sí fuera recibido por el presidente Hu Jintao y por el primer ministro Wen Jiabao. Hasta ahora, el cargo de mayor rango con el que se ha entrevistado es Wang Jiarui, jefe del departamento de Política Internacional del Comité Central del Partido Comunista chino.
En París este cuarto viaje internacional de Ségolène Royal -antes acudió al Chile de Michele Bachelet, a Oriente Próximo y a su Senegal natal- ha vuelto a ser criticado desde el entorno sarkozysta. "Nunca he visto tantos periodistas acompañar a alguien que va de vacaciones", ironizó Patrick Devedjian, consejero de Sarkozy. "Un viaje tan discreto y tan poco político es una humillación para los franceses", opinó Devedjian intentando ridiculizar a una candidata sobre la que, hasta ahora, parecen resbalar todas las críticas. Un nuevo sondeo, realizado por Le Journal du Dimanche, también la da ganadora en intención de voto ante Sarkozy: 50,5% frente a 49,5%.
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