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Un estudio fijará cómo reparar la zona del desprendimiento de Montserrat

La carretera está abierta con un carril y paso alternativo

El Instituto Geológico de Cataluña, que depende de la Generalitat, llevará a cabo a partir de mañana un estudio de detalle de la zona afectada por el último alud de piedras que se produjo en la madrugada del pasado martes en Montserrat y que afectó tanto la carretera de acceso al monasterio como la vía del tren cremallera. El estudio determinará la acción que se debe llevar a cabo, que con toda seguridad "será de carácter mayor", según el presidente del Patronat de la Muntanya, Jordi López.

La carretera se mantiene abierta con un carril y paso alternativo regulado por un semáforo. El tren cremallera no se volverá a poner en marcha hasta esta semana. Desde el pasado miércoles, Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) pone a disposición de los usuarios un servicio de autobuses que sustituye al tren entre Monistrol de Montserrat y el monasterio, que respeta el mismo horario de los trenes.

El Patronat de la Muntanya convocó a todas las partes con responsabilidad sobre el incidente para evaluar las actuaciones llevadas a cabo y limar algunos problemas que habían surgido, principalmente con la empresa de FGC, que exigía garantías de seguridad para trabajar en la zona y para poner en circulación los autocares que sustituyen al tren. La dirección de FGC recibió tales garantías y el compromiso de llevar a cabo de inmediato los estudios para determinar la intervención en la zona, un punto en el que cabe extremar las medidas debido a que el 30 de enero de 2006 ya demostró la inestabilidad con otro alud.

El estudio del Instituto Geológico será de detalle, con geólogos colgados en las paredes maltrechas de la montaña (unos 200 metros por encima de la carretera) que analizarán las grietas y técnicos que realizarán el saneamiento (hacer caer las partes de roca que estén parcialmente desprendidas). El informe que emitan servirá para determinar el tipo de intervención que se debe realizar en el área, explicó Jordi López. En la zona afectada, se colocará en los próximos días una malla metálica para evitar la caída de tierra y pequeñas piedras. El Patronato también estudia suprimir las plazas de aparcamiento que quedan en la zona del desprendimiento.

Mientras los trabajos más urgentes de limpieza de la calzada están en la recta final, la empresa de los Ferrocarrils de la Generalitat debe sustituir 45 metros de vía, entre ellos la dentada que sirve para la tracción del tren, y de traviesas. Las piedras también afectaron a un poste de la catenaria que seccionó uno de los cables, lo cual obligará a la sustitución de 215 metros de tendido eléctrico. Además, se debe reponer unos 15 metros de muro de hormigón que arrastró el alud.

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