Llega a Mallorca una patera con nueve inmigrantes argelinos

La isla de Mallorca recibió ayer su primera patera norteafricana. Nueve hombres, de nacionalidad argelina, de entre 20 y 40 años, que con toda seguridad pretendían entrar de manera irregular en el sur de Europa -España o Francia-, fueron rescatados ayer por la mañana cuando se hallaban a la deriva a bordo del pequeño pesquero Soraya, a unas 15 millas de la costa de la isla de Mallorca y a unas cinco de la isla de Cabrera. El pasado septiembre arribó a la isla de Menorca, desde Argelia, una patera menor, con tres inmigrantes.

Ésta fue una de las dos llegadas de inmigrantes africanos que se produjeron en las costas españolas el primer día del año. La otra tuvo por escenario Gran Canaria, a donde arribó un cayuco con 84 subsaharianos, uno de ellos muerto. Los supervivientes declararon que habían arrojado por la borda los cuerpos de otros dos compañeros que fallecieron durante el viaje.

La expedición llegada a Mallorca hizo una llamada de alarma a las nueve de la mañana al teléfono de emergencias del 112 de Palma, que transfirió el aviso a Salvamento Marítimo; desde ahí se solicitó el vuelo de auxilio de un helicóptero del Servicio Aéreo de Rescate. Hacía buen tiempo y la barca fue localizada por mar y arrastrada por la lancha de Salvamento en unas cuatro horas. A las 15.25 entró en Portocolom de Felanitx, en cuyo muelle se había creado una considerable expectación periodística y popular.

200 kilómetros de travesía

Los inmigrantes argelinos no llevaban equipaje, iban bien vestidos, de calle -sin atuendo marinero- y alguno usaba dos pantalones y dos jerseys para evitar el frío en el mar.

Los nueves inmigrantes habrían recorrido en su barca unos 200 kilómetros desde las costas de Argelia hasta el archipiélago balear, en los dos últimos días de fin de año. Dijeron que partieron en la madrugada del sábado y que fueron abandonados en alta mar por dos personas que les guiaban y que, en su huida, se llevaron la lancha auxiliar.

Los argelinos emprendieron el viaje hacia las costas españolas -o francesas- en una embarcación de fibra de vidrio de 7,5 metros de eslora, sin camarotes, apta para labores pesqueras en el litoral, que está equipada con un motor de más de medio siglo de antigüedad. La mayor parte del tiempo los emigrantes debieron ir de pie, en la cabina del piloto.

En la cubierta de la barca Soraya había una decena de bidones de gasoil para repostar y varias garrafas nuevas, para agua, de 20 litros cada una, lo que apunta un aprovisionamiento para una travesía de varios días y para prever posibles contingencias. Sólo uno de los nueve tripulantes fue atendido por dolor en una pierna. Anoche todos pasaron a disposición de la Policía para su registro y documentación y trámite del expediente de expulsión, por entrada irregular.

Por otra parte, La Gendarmería marroquí halló el sábado los cadáveres de nueve subsaharianos ahogados en una playa de Amgrtou, a unos 60 kilómetros al norte de El Aaiún.