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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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Previsiones para 2007

El pasado domingo comentaba lo que había sido a grandes rasgos el año que hoy llega a su final. Mañana se inicia 2007, ¿será tan bueno como 2006? Con las limitaciones propias de los instrumentos de previsión de que disponemos los economistas, podemos adelantar que no hay grandes riesgos a la vista que nos impidan volver a disfrutar de otro año similar a 2006. Veamos.

El punto de partida de toda previsión a corto plazo es siempre un diagnóstico de las tendencias recientes con el fin de vislumbrar los elementos de fortaleza o debilidad de la coyuntura actual. En este sentido, los últimos datos contables, referidos al tercer trimestre del año, y los indicadores del cuarto muestran una economía cuyo ritmo se acelera suavemente, basado en un crecimiento elevado y sostenido de la demanda nacional y en una ligera mejora de la demanda externa neta. Eso sí, la primera sigue aumentando notablemente por encima de la producción interna y de las rentas generadas por dicha producción, lo que significa que hay que acudir al resto del mundo a adquirir a crédito lo que aquí no somos capaces de producir. El resultado es un fuerte crecimiento del endeudamiento de las familias y empresas. La sostenibilidad, por tanto, del elevado ritmo actual de la demanda nacional dependerá, en primer lugar, de que las familias y empresas vean su futuro próximo con el suficiente optimismo como para seguir endeudándose y, en segundo lugar, de la accesibilidad a la financiación, la cual, a su vez, vendrá dada por su coste y por la solvencia de los prestatarios.

La demanda de financiación bajará, y con ella el consumo y la inversión en capital fijo

En cuanto a las expectativas, los indicadores de confianza muestran una tendencia al alza en los últimos meses, tanto los de las familias como los de las empresas. La solvencia de las mismas sigue siendo elevada, a pesar de los niveles que ha alcanzado el endeudamiento bruto, pues durante el último año ha aumentado notablemente su riqueza mobiliaria e inmobiliaria. Sin embargo, la accesibilidad a la financiación y la rentabilidad esperada de las inversiones están empeorando y van a seguir haciéndolo en el próximo año como consecuencia de la subida de los tipos. Lo más probable, por tanto, es que la demanda de financiación, y con ella el consumo y la inversión en capital fijo, se moderen, como prevén el Gobierno y los analistas privados (gráfico izquierdo). Ello determinaría una menor demanda de importaciones.

Otro punto importante de toda previsión es el contexto exterior, que será el factor determinante en el comportamiento de la demanda externa. Los organismos internacionales especializados prevén un crecimiento de la economía mundial, y más en concreto de los países avanzados, elevado pero algo menor que el de este año, lo que, junto a la pérdida de competitividad derivada del persistente diferencial de inflación y de la apreciación del euro, provocará una ligera moderación de las exportaciones. Esta moderación sería, en todo caso, algo inferior a la prevista para las importaciones, con lo que la aportación del saldo exterior al crecimiento del PIB podría mejorar, aunque marginalmente. La suma de las aportaciones de la demanda nacional y del saldo exterior daría un crecimiento del PIB ligeramente inferior al de 2006, del orden del 3,4%, cifra en la que curiosamente coinciden el Gobierno y los analistas privados.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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