Con Katrina y sin Katrina
A mediados de 2006, el precio del barril del petróleo alcanzó, en casi 80 dólares, su precio máximo conocido. Eso supone prácticamente el doble del máximo de 1990, en pleno desarrollo de la crisis que culminó con la guerra del Golfo. O, viéndolo de otra forma, es multiplicar por cuatro el precio mínimo relativo en que se situaba a finales de 2001, cuando EE UU estaban apenas saliendo de su última recesión.
Como para tantos otros fenómenos económicos contemporáneos, no existe una buena explicación para la fuerte subida que ha experimentado el precio del petróleo en el año que termina. ¿Se trata, tal vez, de que haya escasez de crudo? Más bien parece todo lo contrario: a mediados de año, coincidiendo con el máximo precio anual, el nivel de existencias comerciales en EE UU era tan elevado (345 millones de barriles) que apenas quedaba capacidad para almacenar más, algo que ha provocado un incremento en los costes de almacenamiento y un fenómeno poco corriente hasta ahora (conocido en la jerga del sector como "contango") que hace que el crudo para entrega más alejada en el tiempo sea más caro que el que se contrata para fecha más cercana.
Cuando en economía no se tiene una buena explicación de un fenómeno siempre existe un recurso muy socorrido y es referirse a que está provocado por las expectativas. Y en el caso del petróleo la necesidad de acaparar se impone, bien por si se produce un recrudecimiento de cualquiera de las crisis sempiternamente abiertas en Oriente Próximo, bien por si la demanda procedente de China e India no deja de crecer. Dando por supuesto que todos esos elementos que forzarían el precio del petróleo al alza ya están en buena parte descontados (o incorporados) al precio actual, sólo queda por sumar un factor especulativo, siempre difícil de cuantificar, y ya se tiene una explicación para salir del paso. Lo cierto es que entre el precio máximo de 2005 (casi 70 dólares por barril, que coincidió a comienzos de septiembre con el huracán Katrina) y los casi 80 dólares por barril de mediados de 2006 hay un 15% de incremento. Probablemente en 2007 vuelvan a verse nuevos máximos, antes de que la caída de la actividad económica mundial termine por hacer fallar los cálculos de la OPEP, que querría mantener el precio por encima de sus actuales 60 dólares por barril.
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