Abierta al tráfico una autopista que une Madrid y Toledo por 6,20 euros
La concesionaria dice que la carretera reduce el viaje a 30 minutos, pero los conductores lo dudan
La nueva autopista de peaje AP-41, entre Madrid y Toledo, entró en servicio a las 10.00 de ayer y la recorrieron "entre 5.000 y 7.000 conductores", según la supervisora de peaje. La vía, de 71,5 kilómetros, ha costado 440 millones de euros y quiere ser una alternativa a la A-42, con frecuentes atascos, y al AVE. La concesionaria, Ceasa, calcula que absorberá el 25% de los 20.000 vehículos que circulan ahora cada día entre las dos capitales. Por 6,20 euros, asegura que el trayecto podrá cubrirse en 30 minutos. Hay quien lo duda, porque donde se producen las peores retenciones es en el enlace con la M-40.
Es viernes 29 de diciembre y Julia toma su coche al salir del trabajo para ir a Toledo. Ha oído que hoy se inaugura la nueva autopista de peaje AP-41, y que por 6,20 euros podrá llegar en 30 minutos a la capital castellano-manchega. ¿Por qué no? Si son las 14.13, llegará antes de la hora de comer.
"Cuando vas a Toledo, el problema es salir o entrar en Madrid", le ha contado José Luis Fernández. Él va a trabajar en coche cada día desde el Santiago Bernabéu, muy cerca de Nuevos Ministerios, donde ahora está Julia inmersa en el atasco del mediodía. "Salgo a las 8.45 y llego a las 10.00", le advierte. Por la tarde, según José Luis, ese trayecto de una hora y cuarto (que él hace por la autovía A-42) "se convierte en dos horas". "Al salir de Madrid vas más o menos lento. Salvo que tengas que incorporarte desde la M-40, porque los accesos siempre están atascados".
Horror. Julia ha visto en la web de la AP-41 (www.autopistamadridtoledo.com) que los 15 primeros kilómetros discurren por la Radial-5, a la que debe acceder desde la M-40. Enfila Castellana abajo hacia Santa María de la Cabeza, ya han pasado 30 minutos, el tráfico está insufrible y ni siquiera ha salido de Madrid.
"Tal vez cuando acaben las obras y el tráfico fluya mejor en los accesos de la M-40, M-45 y M-50 [desde los que se llega a la R-5] habrá menos coches en la autovía, y se mejorará el problema actual". Aunque para José Luis no será una solución. "Si le sumas al gasto de combustible los seis euros del peaje (aunque te hagan descuentos por habitualidad), seguirá compensando viajar en el AVE".
El precio del tren de alta velocidad es de unos ocho euros, por lo que le ha contado Jesús Ramírez a Julia. "La autopista lo va a tener difícil. Yo cojo el AVE en Toledo a las 8.30 y en 25 minutos me deja en Atocha. Sin atascos". Julia acaba de salir de uno en Santa María de la Cabeza y está en otro en la dichosa M-40, ya de camino hacia la R-5. Imagina que va por el buen camino, aunque ni un solo cartel en todo el trayecto le haya indicado si por allí se va hacia la nueva autopista AP-41.
Pero Ramírez considera que la autopista "sí servirá de algo, porque la A-42 es como una ginkana". "La seguridad es cada vez más importante, por eso creo que tal vez la gente, con las rebajas que se hacen, opte por este sistema. Pero por seguridad, no porque se vaya a tardar menos tiempo".
Tiempo. A las 14.50, Julia alcanza la radial. Tres minutos más tarde para en el peaje y pregunta, por curiosidad, si está en el buen camino. "Sí. Por aquí se llega a la AP-41, el coche que iba delante del suyo ha preguntado lo mismo. Se metió en la radial por error y quería saber si podía llegar a Toledo por aquí", le cuenta la cobradora, María Jesús.
¡Al fin un cartel con la incorporación a la AP-41! Son las 15.07, ha pasado casi una hora desde que salió de Nuevos Ministerios y aún hay 57 kilómetros que recorrer hasta Toledo. A lo largo del recorrido pasa por los términos municipales de Moraleja de Enmedio, Griñón y Serranillos del Valle, en la Comunidad de Madrid, y los términos de Carranque, Illescas, Yuncos, Numancia de la Sagra, Yuncler, Villaluenga de la Sagra, Cabañas de la Sagra y Olías del Rey, de la Comunidad de Castilla-La Mancha.
Julia circula por la flamante AP-41, deja atrás las diferentes salidas y ya ha pagado 0,70 euros por atravesar la R-5. Amplias curvas... una liebre cruza rápidamente la calzada, poco antes de que un bólido plateado matrícula de Toledo adelante a Julia (que mantiene una velocidad casi constante de 120 kilómetros por hora).
Poco más tarde, a las 15.37, Julia y el piloto veloz coinciden en el peaje. Paga los 6,20 euros y se hace a un lado con su coche para preguntarle al conductor del bólido plateado qué le parece la vía. "Es genial. Con suerte, llegaré a casa en mitad de tiempo de lo que lo hacía antes. Apenas me he encontrado contigo y con dos o tres coches más". Antonio ha vivido siempre en Toledo, y trabaja desde hace siete años en Madrid. Ahora quiere buscar casa en La Sagra. "Tengo una novia desde hace cuatro años en Madrid y quiero buscar algo que esté más cerca. Igual así la engaño y se viene a vivir conmigo".
Esta autopista servirá a los grandes desarrollos urbanísticos previstos en la comarca de La Sagra promovidos por la Junta de Castilla-La Mancha (del PSOE), donde hay aprobadas 80.000 viviendas nuevas. En los 81 municipios de la zona viven 260.000 personas, y el Ejecutivo manchego quiere llegar a las 600.000 en 2020.
Los últimos kilómetros por la TO-22, libre de peaje, la llevan hasta Toledo. Ya son las 16.10, y hace dos horas que partió de Madrid. Horas después, Esther Sánchez, la supervisora de peaje, le dice por teléfono que "el primer día ha sido un éxito". Han pasado por la AP-41 "entre 5.000 y 7.000 coches". Para entonces, Julia ya está de vuelta en Madrid, aunque esta vez se ha decidido por la A-42.
Sus quejas y sugerencias en lectores.madrid@elpais.es
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.