Los madrileños 'colonizan' Guadalajara y Toledo gracias a las vías de peaje
Cuando Francisco Hernando, Paco el Pocero, buscaba un lugar para su ciudad, tenía una cosa clara: debía estar junto a una autopista. Eligió la Radial-4 y junto a ella levanta los pisos de Seseña. No es el único: el gobierno de Castilla-La Mancha y los ayuntamientos limítrofes a Madrid intentan atraer a los promotores con suelo barato y buenas comunicaciones para que construyan pisos asequibles a poco más de media hora de la capital. Guadalajara, Seseña, Illescas, Yeles, Carranque... han optado por la fórmula para ganar población.
Uno de cada cuatro trabajadores de Madrid vive en otro municipio. Primero fueron a Getafe, Leganés, Parla... Pero los pisos son allí tan caros que los nuevos destinos están en Toledo o Guadalajara. La Radial-2, entre Madrid y Guadalajara, la utilizan ya 9.487 vehículos al día de media, con un crecimiento del 24,11% respecto al año pasado.
Con la mitad de tráfico se darían por satisfechos los responsables de la nueva autopista de peaje entre Madrid y Toledo. Y el número de coches seguro que aumentará conforme las grúas terminen su trabajo. En la comarca de la Sagra, en Toledo, hay aprobadas ya 80.000 nuevas viviendas. En los 81 municipios de la zona viven 260.000 personas y la Junta de Castilla-La Mancha prevé llegar a las 600.000 en 2020. Es decir, casi triplicar la población en menos de 15 años.
Las radiales solucionarán el problema de las comunicaciones con Madrid, y el Ministerio de Medio Ambiente el del abastecimiento de agua. Como la zona tiene problemas de agua, el ministerio ha aprobado obras para llevar agua del Alberche y del Tajo a la comarca. En 2005, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, acordaron invertir 2.000 millones de euros en 55 obras para mejorar el abastecimiento.
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