Greenpeace pide la prohibición de las bombas de racimo
Greenpeace ha pedido al Gobierno que prohíba la fabricación de bombas de racimo. Varias empresas españolas elaboran proyectiles de este tipo, según esa organización, que afirma que la falta de transparencia del mercado de armamento impide conocer donde se venden. El Ejército posee un arsenal limitado de este tipo de bombas que expulsan cientos de submuniciones que se dispersan por la superficie y pueden explotar mucho tiempo después del lanzamiento, asegura Greenpeace.
En el arsenal español, según los ecologistas, se encuentran modelos como el CBU-100B (Rockeye) importado de EE UU, la antipista BME-330 y la granada de mortero MAT-120. "La contradicción de la postura española se demuestra en que la desactivación de estas peligrosas armas es, precisamente, una de las tareas que deben asumir los soldados españoles desplegados en misiones de paz", afirma la ONG.
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