Espíritu navideño

Mi hija mayor vive en Santa Cruz de Tenerife desde hace ocho años por motivos laborales, y por estas fechas le enviamos algunos regalos para mitigar en lo posible su soledad en momentos como éstos, en los que se echa en falta más que nunca el cariño y la cercanía de los seres queridos. Este año hemos vuelto a enviar los regalos mediante un servicio de Correos, Postal Exprés, que, aunque bastante caro, siempre nos había resultado rápido y eficaz. Pero ahora resulta que en las Islas Afortunadas (no para mi hija, desgraciadamente) han decidido aplicar a rajatabla no sé qué normativa aduanera que hace materialmente imposible que ningún paquete llegue a su destino. Perdón, ningún paquete enviado por un particular, porque los paquetes de empresa, que pagan impuestos, llegan sin problema alguno. Y han decidido aplicarla justo en esta fechas, animados seguramente de un espíritu navideño capaz de conseguir que ningún regalo llegue a su destino, al menos en las fechas previstas.

Las trabas impuestas son de tal magnitud que nuestro envío, según datos fidedignos de Correos, ya ha ido y venido cuatro veces desde la Península al archipiélago y al contrario. Siempre falta algo, un documento de identidad primero, una relación del contenido más tarde, las facturas de los regalos después... En fin, interminable. Un envío que debía llegar en menos de 48 horas, lleva más de 12 días sin llegar y ni siquiera sabemos si llegará. Otra hija mía estuvo en Inglaterra y los paquetes le llegaban sin ningún problema, ¿es que Canarias no pertenece a la Unión Europea? ¿Es un país africano, quizás? No me lo explico. Señores canarios, gracias por su espíritu navideño y su amor por el prójimo.