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Los sindicatos dicen ahora que la solución del conflicto va más allá de un acuerdo sobre seguridad

Más allá de que las diferentes administraciones lleguen a un acuerdo sobre cómo garantizar la seguridad en el metro si éste abre las noches de fin de semana, los principales sindicatos en la compañía pública (Sindicato de Conductores, CC OO, UGT y Solidaridad Obrera) entienden que en las negociaciones con ellos "habrá que hablar de todo". Hace una semana, los representantes de los trabajadores aseguraron a este periódico que el único escollo importante era el de la seguridad.

El Sindicato de Conductores es el mayoritario, y a él pertenece el presidente del comité de empresa de Metro, Vicente Rodríguez. "Se trata de un conflicto político. Ahora llegan las elecciones y el asunto se vuelve a poner sobre la mesa", dice. En las negociaciones de 2004, cuenta, "se firmó un acta de desacuerdo con la empresa" en la que no sólo se alertaba de la falta de seguridad por las noches, sino que, además, se rechazaba que los puestos de conductores para esas horas extra se cubrieran con contratos a tiempo parcial.

En lo primero había desacuerdo porque "Metro decía que poner más agentes de Policía Municipal y Nacional se le escapaba y que sólo podía reforzar las plantillas de seguridad privada". En lo segundo, los sindicatos acabaron flexibilizando su postura: la figura del contrato parcial "se contempla en el actual convenio colectivo". Desde hace dos años no han sido convocados a una reunión, subraya Rodríguez, que deja claro que los conductores no tienen "ningún problema" para sentarse a hablar con la Comunidad.

Ignacio Arribas, de CC OO, asegura que, en las escasas "tres reuniones" que los sindicatos tuvieron con los dos primeros consejeros de Transportes -Francisco Granados y María Dolores de Cospedal-, a los problemas de los contratos laborales y de seguridad se unía su oposición a la propuesta piloto de la Comunidad: la apertura total de la línea 6 y parcial de la 4 y la 1 durante seis meses. "No se puede ejecutar un proyecto como éste si no están implicados el resto de medios de transporte a los que afecta. La medida no serviría para nada", sentencia Arribas. Ellos abogaban por la apertura nocturna de toda la red los fines de semana. En los mismos términos se expresa su compañero Teodoro Piñuelas, secretario de UGT-Metro. Todos los sindicatos subrayan que, al margen de la solución del problema de la seguridad, en una hipotética segunda negociación habría que poner las cuestiones laborales.

Para Juan González, de Solidaridad Obrera, el principal obstáculo con el que se topó el proyecto de la apertura del metro 24 horas fue el económico. "Según las estimaciones de la Comunidad, la apertura de las líneas piloto iba a costar 18,3 millones. Si se tiene en cuenta que recuperarían cerca de 8,7 millones, la Hacienda regional dejaría de ingresar 7,6 millones. Es decir, que el negocio no resultaba rentable a la Comunidad", resume. A Solidaridad Obrera le da igual que la seguridad sea pública o privada.

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