Quintana y Feijóo no consiguen acercar posturas sobre el Estatuto

La reunión celebrada ayer entre el presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, en torno a la reforma del Estatuto concluyó sin ningún avance. Feijóo se negó a ofrecer a Quintana una propuesta concreta sobre la identidad de Galicia para no traicionar, dijo, el acuerdo al que llegó con Emilio Pérez Touriño para resolver esa cuestión a tres bandas el próximo mes de enero.

La reunión que mantuvieron ayer en Santiago Feijóo y Quintana no sirvió para otra cosa que para constatar que la identidad nacional de Galicia y el deber de conocer el gallego siguen siendo el nudo gordiano de la reforma del Estatuto.

Núñez Feijóo dejó claro desde el principio que el guión que va a seguir en este asunto es el que pactó a mediados de noviembre con el presidente de la Xunta. Y que, en cumplimiento de ese acuerdo, va a "seguir trabajando en la denominación" de Galicia. A partir de ahí, y "dejando claro que figure nacionalidad histórica en el articulado y en el preámbulo", el PP contribuirá a "cerrar, dentro de la tradición galleguista, un párrafo que una a la sociedad y que sea de todos".

El PP trabaja, según Feijóo, con la vista puesta en alcanzar un acuerdo en enero, y si no se consigue, dejarlo para después de las municipales. Ese planteamiento tampoco lo suscribe el Bloque, partidario de agotar la negociación en enero y, si no hay acuerdo, dejar que la sociedad "otorgue a cada uno la responsabilidad que le corresponda" en el fracaso.

Con todo, Núñez Feijóo asegura que si con el presidente es capaz de llegar "a un acuerdo de que Galicia es lo que es, una nacionalidad histórica, y eso se pone en el articulado y en el preámbulo, el PP propondrá una formula dentro de la tradición galleguista que trate de unir a nacionalistas, socialistas y galleguistas. Ese es mi compromiso", subrayó. Como también lo es la voluntad de contribuir a un Estatuto "más galleguista" que el de 1981.

El líder del PP reconoció que no había observado cambios en los puntos de vista del Bloque en lo que se refiere a los asuntos más controvertidos. "El BNG propone lo de siempre, lo de hace 25 años: que Galicia es una nación. No hay nada novedoso", lamentó.

Como tampoco halló nada nuevo en relación con la lengua gallega, un asunto en el que también antepuso el acuerdo que alcanzó en noviembre con Touriño y que, según su versión, incluye mantener los términos actuales de la Ley de Normalización Lingüística, sin el artículo que fijaba el deber de conocer el gallego y que fue eliminado por el Tribunal Constitucional.

En este punto las diferencias con el BNG, que sostiene una interpretación radicalmente diferente de la sentencia del Alto Tribunal, siguen siendo a día de hoy irreconciliables.

A falta de resultados concretos, Quintana destacó, también al término de la reunión, el esfuerzo que a su juicio el BNG ha hecho hasta ahora para tratar de acercar posturas que hagan posible la reforma del Estatuto. Un empeño que, desde el punto de vista del líder nacionalista y vicepresidente de la Xunta, no se ha visto suficientemente correspondido por parte de las demás fuerzas políticas, puesto que sólo los nacionalistas han sido capaces de plantear textos concretos en relación con la definición de la identidad de Galicia.

Ayer mismo, explicó, trasladó al líder del PP una propuesta que define Galicia como nación, que alude a la tradición galleguista y que se sitúa expresamente en el marco de la Constitución. Es una iniciativa "basada en la flexibilidad" y que supone "una cesión" en relación con los documentos estatutarios que el BNG aprobó hace más de un año. "El Bloque cedió. Los demás, ¿en qué cedieron?" se preguntó Quintana. Llegados a este punto, advirtió, y aunque esta propuesta no tiene por qué ser la última, el BNG establece como condición para seguir hablando que los demás partidos también pongan propuestas concretas encima de la mesa. "Todos tenemos que jugar con las mismas reglas", exigió.

En la rueda de prensa posterior a la reunión, Núñez Feijóo criticó sin reservas el gasto "excesivo" que a su juicio supuso la celebración del 25º aniversario del Parlamento así como la "falta de respeto" con la que la presidenta de la Cámara, Dolores Villarino, respondió a las críticas del BNG. Anxo Quintana, preguntado por el mismo asunto, declinó abundar en una polémica que considera suficientemente aclarada.