Fomento detectó graves problemas en los motores de los aviones de Air Madrid

Aviación Civil detectó graves problemas en los motores de aviones de Air Madrid que pretendían realizar vuelos desde España. Los inspectores del organismo del Ministerio de Fomento levantaron actas porque la compañía no acreditó el cumplimiento debido de una directiva de aeronavegabilidad de varios Airbus A-330 y A-319 de su flota. Ése es un documento que deben lograr los aviones antes del despegue porque garantiza que el vuelo es seguro. Luis Rodríguez, responsable de control de tráfico aéreo, indicó que se suspendieron los vuelos de modo que ningún avión de Air Madrid voló con los motores defectuosos.

Air Madrid incumplió reiteradamente desde el pasado mes de septiembre sus obligaciones para garantizar la seguridad en vuelo y, en concreto, para certificar la fiabilidad del funcionamiento de los motores de al menos dos aviones de su flota. Esta es la causa más grave que llevó a Aviación Civil a no autorizar siete vuelos de la aerolínea.

La compañía del empresario José Luis Carrillo no consiguió antes de esos vuelos acreditar la directiva de aeronavegabilidad, un documento emitido o aceptado por la autoridad del Estado de matricula de una aeronave que establece las acciones obligatorias que deben ser realizadas, para restaurar la condición de la aeronave a un nivel aceptable de seguridad cuando la evidencia demuestra que de otra manera la seguridad operacional se puede ver comprometida. Es decir, que en esos siete vuelos por algún u otro motivo no se garantizaba la seguridad.

Esas directivas se refiere a múltiples aspectos que controlan la integridad estructural del aparato, sistemas de control, pérdidas de combustible, luces de emergencia, corrosión, turbinas, etcétera

Uno de los incidentes más graves se produjo el pasado día 2 de noviembre, cuando Aviación Civil no autorizó un vuelo porque la compañía no cumplió con el referido requisito de seguridad de los motores de un Airbus A-319. Lo mismo sucedió con un Airbus A-330 que tenía que volar el 6 de diciembre, informaron en fuentes de la investigación.

Pero esta no es la única causa por la que el organismo que vigila la seguridad del tráfico aéreo suspendió vuelos de Air Madrid. La compañía tampoco presentó certificados que garantizaran que realmente cambiaba las piezas caducadas de los aviones, o que el personal de mantenimiento tenía la formación académica y la experiencia necesaria.

Cronológicamente, el primer incidente serio se produjo el 26 de septiembre cuando Aviación Civil decide no renovar la licencia del aparato matrícula EC-JMF por no acreditar el cumplimiento de una directiva de aeronavegabilidad. Posteriormente, el 20 de octubre, se niega la autorización para el vuelo al avión EC-JIS por no certificar convenientemente el programa de mantenimiento para garantizar la seguridad. Ese mismo día se suspende también la certificación para el vuelo al aparato EC-IYN por no cumplir una directiva de aeronavegabilidad e incumplir la "acreditación del estado de aptitud de los equipos personales de respiración [mascarillas] y de las botellas portátiles de oxígeno".

El 2 de noviembre se niega la autorización por primera vez por incumplir la directiva de aeronavegabilidad de motor, en concreto, del aparato EC-JQU. El 30 de noviembre vuelve a ser suspendida la autorización de la aeronave EC-IYN. Por último el 6 de diciembre, se retira la certificación de vuelo al aparato EC-JTB por no acreditar el cumplimiento de la directiva que certifica la seguridad del motor y por no llevar una radiobaliza de emergencia. Ese mismo día le vuelve a ser suspendida la autorización al aparato EC-JQU.

El subdirector de control de tráfico aéreo del Ministerio de Fomento, Luis Rodríguez, indicó que "en ningún caso se permitió que un avión de Air Madrid partiera de un aeropuerto español con los motores defectuosos o con un problema de seguridad".

Rodríguez indicó que la única constancia que tienen los servicios de inspección de Fomento de parada de un motor en vuelo, ocurrió el pasado 15 de julio, en un vuelo que partió de Quito. No obstante, el responsable de Fomento aclaró que la compañía, tras comunicar pertinentemente el suceso, procedió a cambiar el motor del avión.

Rodríguez defendió la idoneidad de esta medida pese a las molestias que está causando a miles de viajeros en esta época navideña. "Aunque la expresión sea dura, preferimos dejar tirados en un aeropuerto a los pasajeros que dejarlos tirados en un monte", indicó en alusión a un posible accidente de no haberse tomado esa decisión. Por su parte, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, que acudirá al Congreso a explicar la crisis refutó las criticas del Partido Popular, al que pidió mayor rigor porque "no sabe de lo que está hablando".