El AVE inicia hoy el recorrido entre Lleida y Tarragona a 200 kilómetros por hora
La ministra de Fomento reitera que la alta velocidad llegará a Barcelona a finales de 2007
El AVE inicia hoy el recorrido entre Lleida y Tarragona, aunque lo hará sólo a 200 kilómetros por hora, 80 menos que en el resto del trazado desde Madrid. Fuentes de ADIF aseguraron que, aunque todos los sistemas de seguridad están instalados y probados y permitirían alcanzar los 350 kilómetros por hora, prefieren comenzar la explotación comercial a esta velocidad hasta después de un rodaje que durará "pocos meses". Ayer quedó inaugurada la nueva estación Camp de Tarragona, donde la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, reiteró que el AVE llegará a Barcelona a finales de 2007.
Dos de las cuatro capitales catalanas ya están conectadas con la alta velocidad, y el año próximo Barcelona se unirá a Lleida y Tarragona. El presidente de la Generalitat, José Montilla, aprovechó ayer la llegada del AVE a Tarragona para recordar que cuando las cuatro capitales queden unidas por estas vías de ancho europeo, el Ejecutivo catalán impulsará una red de trenes regionales aprovechando esta infraestructura. También subrayó la estructura de red que crea el AVE frente al "modelo radial absolutamente obsoleto".
El viaje inaugural de ayer fue a 250 kilómetros por hora. Con esta velocidad, el tren partió de Lleida a las 11.46 y se detuvo en La Secuita -donde se alza la estación Camp de Tarragona- a las 12.13. Estos 27 minutos, sin embargo, quedan aún lejos de los 34 que tardará el primer tren comercial, entre Tarragona y Lleida, que tiene prevista su salida hoy a las 6.35. Este tren, y cinco más durante el día -uno de ellos no será un AVE, sino un Altaria-, circularán con el sistema de señalización y seguridad RTMS, que sustituye al tradicional ASFA y que posibilita que los convoyes alcancen los 350 kilómetros por hora.
A partir de hoy la Costa Dorada se convierte en la playa más cercana a Madrid, a un precio de 65 euros, que resulta más económico que la línea aérea de Iberia entre Madrid y Reus (Baix Camp). El alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal (CiU), subrayó precisamente la necesidad de que el territorio amplíe a partir de ahora su promoción en el centro de España. "Es una gran oportunidad", dijo, mientras que su homólogo de Reus, Lluís Miquel Pérez (PSC), calificó el día de ayer de "histórico". La estación queda a medio camino entre las dos principales ciudades del territorio que, también desde hoy, quedarán conectadas con la estación con líneas de autobuses, igual que Valls, Cambrils, Salou y Vila-seca. No así con la zona norte del Tarragonès (Torredembarra, Altafulla, Roda de Barà) o toda la comarca del Baix Penedès, donde la Generalitat, que es la que adjudica las rutas, no advierte suficiente demanda.
No ha sido fácil la llegada del AVE a Tarragona. De entrada, Fomento modificó el trazado inicial del recorrido bajo la batuta del ex secretario de Estado de Infraestructuras Albert Vilalta para que la línea Madrid-Barcelona doblara a la derecha en Lleida y se detuviera en la provincia. El trazado más recto entre Lleida y Barcelona pasa por Igualada, no por Tarragona. Además, el trazado no gustó a ayuntamientos ni a ecologistas, que denunciaron la agresión que supone la línea del AVE para el río Francolí. Pero los mayores problemas de los 82 kilómetros inaugurados ayer hay que buscarlos en los túneles de Montblanc (Conca de Barberà), una obra que ha habido que remozar sobre la marcha multiplicando el presupuesto.
Tanto Magdalena Álvarez como José Montilla destacaron el papel central que tendrá la nueva estación Camp de Tarragona en el mapa ferroviario estatal cuando al AVE se le una el Corredor Mediterráneo, actualmente en obras y acumulando retrasos. El consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, no se atrevió a fijar una fecha para esta conexión.
La mayoría de los trenes de largo recorrido entre Barcelona y el interior de la Península circularán por la nueva estación. Unos kilómetros más allá de La Secuita, ADIF ha construido un intercambiador que permitirá que los trenes de ancho ibérico articulados puedan adaptarse al ancho europeo de las vías del AVE. Esto representa un ahorro de unos 20 minutos en el trayecto Barcelona-Madrid.
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