Garzón sugiere que la caída de la célula islamista ha evitado muertes

El juez Baltasar Garzón señala en un auto que la desarticulación de una célula islamista en Ceuta, compuesta por al menos siete personas, incluido un ex soldado español, e integrada en Al Qaeda, ha evitado "un mayor grado de estructuración del grupo" y, en consecuencia, el riesgo que sus acciones habrían supuesto "contra la vida de las personas y sus bienes". Habían planeado, según el juez, atentar contra un supermercado y una feria.

La célula Salafia Yihadia de Al Qaeda desmantelada el martes había empezado a planear atentados contra un polvorín, el reciento ferial de la ciudad de Ceuta y el supermercado Hipersol. En el auto en el que ordena prisión para siete de los 11 detenidos y deja en libertad a cuatro por falta de pruebas contra ellos, el juez de la Audiencia Nacional sostiene que la detención de estas personas "ha evitado un mayor grado de estructuración del grupo, que, de permitirse, hubiera elevado exageradamente el riesgo contra la vida de las personas".

Garzón imputa a los siete detenidos delitos de integración o colaboración con banda armada y falsedad. Entre ellos se encuentran los dos líderes del grupo, Mohamed Fuad y Mohamed Abdeselam, así como Mustafa y Yusef Abderrahman Ahmed, hermanos del llamado talibán español, y Abdelkrim Chaib Abdelaziz. Según el auto, los arrestados habían iniciado una campaña de intimidación de la población de Ceuta en diciembre de 2005 en la que habían quemado varios morabitos (ermitas islámicas).

Garzón señala que Fuad y Abdeselam lideraban cada uno dos grupos diferentes dentro de la célula. Su principal labor era el proselitismo y el reclutamiento de jóvenes para hacer la yihad, con conexiones internacionales en Marruecos y utilizando la delincuencia común para financiarse.

El grupo, según el juez, había pasado "de la discusión doctrinal a planteamientos más operativos", así como al planeamiento de acciones violentas. Así, existen indicios de que en diciembre de 2005 los detenidos desplegaron una campaña de pintadas radicales y extendieron rumores sobre posibles atentados en el recinto ferial durante las fiestas de la ciudad. Entre estos actos está la quema del morabito del interior del cementerio musulmán de Sidi Embarek el 13 de enero.

Escisión radical

Como consecuencia de estas acciones, el grupo sufre una escisión liderada por Abdeselam, de corte más radical. Éste y Fuad fueron expulsados de la mezquita de la barriada del Príncipe Alfonso de Ceuta tras una reunión con musulmanes procedentes de Panamá para explicar la denominada yihad pacífica. Posteriormente, en una reunión de mayo de 2006, en la mezquita de Darkawia, Abdeselam llamó a la quema de morabitos, y en septiembre propuso la constitución de los Seguidores del Ejército del Mesías en honor a una célula desarticulada en Marruecos.

Garzón apunta que la radicalización de Abdeselam podría haberse producido tras su paso por prisiones españolas. Una de sus huellas se encontró en la celda de Tarek Hamed, uno de los detenidos en la denominada Operación Tigris como responsable de la red de envío de yihadistas a Irak. Además, señala que Fuad, como líder de la célula, planeó un asalto al acuartelamiento militar de El Hacho para sustraer armamento y explosivos. A Abdelaziz el juez le imputa que en junio increpó al imán de la mezquita de Darkawia por su carácter moderado. A uno de los hermanos del talibán español -Mustafá Abderrahman- Garzón le acusa de manifestar la necesidad de atentar contra intereses judíos y contra depósitos de Cepsa. En su domicilio se encontró un revólver, vídeos de propaganda yihadista y un testamento de despedida dirigido a su madre. En él dice: "Alá me envió para luchar y ser sacrificado en su causa. Roguemos a Alá que acepte de nosotros el esfuerzo y que nos cobije en la sublimidad de su paraíso. No os aflijáis ni me lloréis. Siempre estaré en vuestros corazones".