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CHILE | Conflicto en el sector aéreo

"No tengo hotel. ¿Quieren que duerma en el suelo?"

Unos 50 pasajeros esperaban frente a los mostradores de Air Madrid, vacíos, con una mezcla de abatimiento e indignación en la noche del viernes por un embarque a la capital española que no se produciría y quedó en espera indefinida. "No tengo hotel y no soy de Santiago. ¿Quieren que duerma en el suelo?", criticaba Ángela Albornoz, una pasajera que había viajado desde Valdivia, 900 kilómetros al sur de Santiago, para tomar ese vuelo e ir a Andorra a visitar una tía enferma. Las protestas no eran oídas: no había ningún funcionario en el mostrador de Air Madrid y desde la tarde del viernes nadie levanta los teléfonos de la línea en Santiago. Tampoco había empleados del aeropuerto, del Gobierno chileno o de la Embajada española que les explicaran qué ocurría y, sobre todo, qué hacer.

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En dos comunicados de prensa, el secretario de la Junta de Aeronáutica Civil, Jorge Frei, la principal autoridad del sector en Chile, sostenía que su Gobierno vigilará que se respeten los derechos de los pasajeros. Según la legislación andina, si una compañía cancela el vuelo por causas que le son imputables, "como mínimo" debe reembolsar el precio del pasaje.

El secretario de aeronáutica explicó que para el retorno a Santiago de los 213 pasajeros chilenos que tenían previsto regresar la próxima semana en Air Madrid, las autoridades españolas pusieron en marcha un plan de contingencia. Indicó que la prioridad es para los que regresan de América a Europa.

Después de tres horas de espera, los viajeros frustrados dejaron estampadas sus protestas en el aeropuerto y algunos gritaron: "¡Queremos la plata! ¡Sinvergüenzas!". María Victoria Torres y Santiago Ruiz, dos jóvenes argentinos que habían llegado en bus desde Mendoza para tomar un vuelo de Air Madrid el viernes y visitar a unos primos en España, estaban abatidos. En la Embajada de Argentina en Santiago no les contestaban y no sabían dónde alojarse. Se aprestaban a dormir en el aeropuerto a la espera de soluciones que veían lejanas, porque no eran pasajeros prioritarios que regresan, sino de los que partían de viaje.

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