Expansión acelerada en una década
Castilleja de Guzmán, con casi 3.000 vecinos, es el municipio andaluz cuya población más ha crecido desde 1996, cuando tenía 692
El municipio de Castilleja de Guzmán, situado a unos ocho kilómetros de Sevilla, en pleno Aljarafe, ha pasado en una década de tener una sola calle a albergar mil viviendas unifamiliares. Es la localidad con el porcentaje de crecimiento demográfico más alto de Andalucía en ese periodo: 248%. "Hace 40 años el pueblo tenía 220 habitantes", recuerda Juan Escribano, de 82 años, que desde 1962 fue alcalde de Castilleja por un partido independiente. En aquel tiempo, según explica Escribano y confirma el actual primer edil, Carmelo Ceba (PSOE), había sólo dos propietarios de todas las tierras del pueblo. Fue a partir de la muerte de éstos, cuando los hijos heredaron y vendieron las fincas.
El mayor problema es el tráfico en hora punta y la carencia de servicios y comercios
A partir de 1985, el pueblo empezó a crecer. "Los pisos en Sevilla capital cada vez son más caros", argumenta el alcalde. Desde 1996 hasta 2005 el municipio pasó de tener 692 habitantes a albergar a 2.409. "Ahora ya rondamos los 3.000", aclara Ceba. "Mientras el Aljarafe crecía, aquí seguíamos igual. Lo que otros pueblos han crecido en 40 años, nosotros lo hemos hecho en 15", explica Carmelo Ceba, quien también critica la "falta de planificación" del anterior mandato, que no tuvo en cuenta "criterios de control urbanístico". El problema, estima el edil, es que el pueblo se ha desarrollado sólo como ciudad dormitorio y no como "lugar para vivir".
El mayor inconveniente al que se enfrentan los vecinos, además del tráfico hacia Sevilla en las horas punta, es la carencia de servicios y comercios. "Hace falta un polideportivo y una ferretería", explica Marisa Tejado, que se mudó hace unos años a Castilleja para huir del estrés de la ciudad. "¡Pero las vistas son preciosas!", exclama. Desde las afueras y la parte alta del pueblo se puede ver Sevilla y los alrededores.
El alcalde asegura que desde que su equipo de gobierno llegó al Ayuntamiento se han incrementado las infraestructuras y destaca la creación de dos colegios, una guardería, una piscina y un servicio de correos, así como la denominación de ecovilla para el municipio, como ejemplo: "Utilizamos energías renovables y apostamos por la construcción bioclimática y las farolas fotovoltaicas. Esperamos que el pueblo crezca sólo hasta los 6.000 habitantes. Nuestra regla de tres es expandirnos lo mínimo para tener un pueblo sostenible", afirma Carmelo Ceba.
Pero la población aumenta rápidamente y sus necesidades se acumulan. En el pueblo hay únicamente una sucursal bancaria, que también cuenta con una inmobiliaria. "Casi todos los vecinos tienen su cuenta aquí. Hasta 2002 no hubo banco", afirma Gema Campos, empleada del banco.
La población ha cambiado mucho desde que Castilleja de Guzmán tenía sólo una calle. En aquel tiempo, la mayoría de los habitantes trabajaban en el campo. "Mi mujer me ayudaba en el olivar. Ahora casi todos trabajan en Sevilla", recuerda Juan Escribano.
"Han llegado muchos matrimonios jóvenes", afirma Carmelo Ceba. Por esta razón, el colegio ha visto incrementado su alumnado aunque, según el director del colegio público Argantonio, Ignacio Domínguez, se ha producido un estancamiento. "Hubo un boom, pero después las familias se estabilizaron y no nacieron más niños. De hecho, la cantidad de hermanos que hay en esta escuela es muy alta", explica. En su centro, uno de los dos colegios de la localidad, hay 224 alumnos, de los 700 niños que hay censados. "Cuando queremos ir al cine, vamos a Camas -un pueblo vecino-, pero casi siempre jugamos aquí. Me gustaría que pusieran una pista de tenis y baloncesto", afirma David, de 11 años y alumno de este centro.
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