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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El nazismo como religión

Día sin retorno es la segunda novela de Kressmann Taylor. La publicó el año 1942 y su destino era dar a conocer a sus compatriotas norteamericanos la verdadera cara del nazismo, pues aunque existía una corriente de simpatía hacia los ingleses, también existía una zona de reacciones tibias cuando no de apoyo a la causa antisemita. No fue necesario, porque el bombardeo de Pearl Harbour se encargó de precipitar lo inevitable, y la novela se diluyó en el ambiente de guerra que inundó el país. En cambio, su primera novela, Paradero desconocido (RBA), fue un éxito fulminante; es una perfecta novela corta escrita por su autora para concienciar a sus amigos alemanes atacados de antisemitismo y en ella se narra un episodio de la persecución alemana a los judíos que impacta doblemente al lector: por su dramatismo y por su resolución literaria. Un libro único.

DÍA SIN RETORNO

Kressmann Taylor

Traducción de Raquel Herrera

El Aleph. Barcelona, 2006

352 páginas. 15,38 euros

Día sin retorno es, por su par

te, una novelización del testimonio que un joven clérigo de la Iglesia luterana alemana, huido de Alemania poco después de la anexión de Austria, hizo a la autora a su llegada a Estados Unidos. El libro se presenta como novela, pero yo preferiría llamarlo crónica o crónica novelada, no porque se base en una historia real relatada por la víctima sino por la propia concepción del relato. En primer lugar, el libro está contado en primera persona por un sosias del joven clérigo y esto da al relato un inconfundible tono de confesión autobiográfica. En segundo lugar, el relato hace tanto o más hincapié en los sucesos del conflicto entre Iglesia y Estado en la Alemania de Hitler que en la vivencia honda del protagonista, por lo que sujeto tanto a la exposición de las ideas y actitudes de los resistentes como a la exposición del método de dominación de los nazis. Y en tercer lugar, que se deduce de lo anterior, porque el combate de ideas pesa mucho en el desarrollo narrativo.

Desde este punto de vista,

el libro es inferior a Paradero desconocido; ahora bien, si lo contemplamos como un relato del modo en que el Gobierno de Hitler trató de penetrar en el seno de la Iglesia luterana e incorporarla a su ideario nos encontraremos con un conflicto ciertamente apasionante. El protagonista, afectado por el egoísmo y el mirar a otro lado de sus compatriotas, si bien sospecha que éste es "una derivación del materialismo franco de la filosofía nazi", no duda "del poder del cristianismo para derrotar al materialismo". Lo que comprende a continuación es que comienza a "percibir una nueva amenaza en el control que Hitler ejercía sobre la gente, una nueva amenaza en al aire. El nazismo en sí se estaba convirtiendo en una religión". Éste es el nudo del conflicto: que se trata, en el fondo, de un choque de religiones. Es una visión original que, además, deja ver la parte de aquellos alemanes que en su espíritu no se plegaron al nazismo y, sin embargo, cargaron con las consecuencias. Como, además, está contado con toda clase de detalles y paso a paso, el libro se convierte a su vez en un manual de cómo actúa y somete un Estado autoritario, de cómo se organiza una resistencia y de la falta de razón o de la fuerza de la razón, en cada caso, en un asunto de tamaña importancia. Es decir: es un libro extraordinariamente interesante en el que el lector echará en falta, sin embargo, el talento literario con que la autora estructuraba y resolvía genialmente su primera novela.

Hay mucha información pers

picaz; por ejemplo, cuando el protagonista advierte que el sentido de la fuerte presencia de uniformes en las calles produce en los ciudadanos de una Alemania humillada la sensación de estar levantando cabeza, pues incluso la violencia y arrogancia de los SS y SA se recibe como un acto de orgullo nacional y no como barbarie. Y hay escenas de indudable fuerza, como la del final de Orlando; o el silencio del padre a la vuelta del campo de concentración que muestra el modo en que un hombre puede ser roto físicamente, mas no espiritualmente. Toda la historia está planteada con inteligencia porque es el testimonio de una persona inteligente y de ánimo fuerte en una situación tremenda, de esas que marcan un destino. Es el relato de la corrupción de la moral social que acabó en una masacre racista y en un lunático camino hacia el enfrentamiento mundial cuyas cicatrices aún siguen a la vista. Un relato bien dispuesto y bien contado y una experiencia que merece la pena conocer aunque a ratos lo expositivo prime sobre la narratividad, lo cual no es un defecto sino añoranza de la perfección que se alcanzó en Paradero desconocido.

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